miércoles, 27 de diciembre de 2017

Llegó Mauricio Alonso, "sangre charrúa" para el ataque de Morón

Superados los festejos por las festividades de Navidad y Año Nuevo, de un 2017 inolvidable para los socios e hinchas del Deportivo Morón, el Gallo comienza su preparación de cara al segundo semestre de Torneo de la Primera "B" Nacional, que en 2018 lo hallará aún en la tan temida zona "roja" del descenso, aunque a un sólo triunfo potencial de despegarse en la tabla de los promedios, cuando en fecha a determinar, visite a Brown de Adrogué, en el "Lorenzo Arandilla", en la reanudación de la temporada 2017/18, en el marco de la decimotercera fecha del Nacional.

Con la necesidad imperiosa de sumar puntos, y empezar con una victoria la segunda mitad de un torneo que otorga nada menos que seis descensos la cabo del mismo, para mayo del presente, previo al inicio de la "Copa del Mundo, Rusia 2018", el plantel del Deportivo Morón regresó de sus vacaciones en la fecha, miércoles 3 de enero y desde el 6 se instalará en la ciudad entrerriana de Colón, en el "Hotel Paysandú" y por espacio de una semana, para cumplimentar la parte más intensiva de la pretemporada, fiel a la costumbre que ha adoptado el cuerpo técnico del Gallo para esta misma altura del año, en la temporada pasada, cuando se fuera conformando el "sueño" que nos devolvería la sonrisa luego de 27 años de decepciones encadenadas.

En ese contexto, y luego de una primer semestre en la "B" Nacional, donde la adaptación del equipo fuese más compleja de lo esperado, agudizada por la "sangría" que produjeran las incontables lesiones que sufriera un plantel que acusara recibo de la doble competencia en 2017, año en el que además accediera a una histórica semifinal de Copa Argentina, frente a River Plate en Mendoza, eliminando para ello a cuatro equipos de Primera División (Patronato de Paraná, San Lorenzo, Unión de Santa Fe y Olimpo, sin recibir además goles en contra, hasta la eliminación ante el "Millonario"), Walter Nicolás Otta, quien en algún momento pusiera en duda su continuidad como técnico del  equipo, en las semanas previas al cierre de la primera rueda y que, tras el triunfo tan necesario ante Brown de Puerto Madryn, en el Oeste, ratificara su voluntad de, cuanto menos, permanecer en su cargo hasta junio de 2018 (período durante el cual mantiene contrato vigente), solicitó al presidente del club hacer uso de los cupos que habilita el reglamento, en materia de refuerzos, que si bien son dos de acuerdo a la normativa, en el caso del Gallo podrían ampliarse a tres, dada la lamentable lesión ligamentaria sufrida por Franco Racca, operado con éxito a fines de 2017, pero que lo mantendrá alejado de las canchas durante la totalidad del presente torneo.

Sin embargo, el Deportivo Morón perdió, en principio, esa posibilidad de acceder al tercer cupo en materia de incorporaciones, al no presentar en tiempo y forma, en AFA, la solicitud correspondiente y los exámenes médicos que constataran la grave dolencia de Racca, por lo cual y debido a esta "morosidad" administrativa de la institución, el técnico del Gallo que ya tenía en "carpeta" el nombre y apellido de los tres refuerzos, debería resignar a uno de ellos, salvo que la propia dirigencia encuentre un "atajo" reglamentario que le permita, finalmente, habilitar ese necesario tercer refuerzo.

De todos modos, entre las "buenas", el Deportivo Morón en su vuelta a las prácticas, regresó con su primera "cara nueva", al sumar a los entrenamientos a un delantero uruguayo, con quien ya había acordado de palabra desde hacía un tiempo (y que en las próximas horas firmará su contrato), luego de pasar las fiestas con su familia en Uruguay: se trata de Mauricio Sebastián Alonso Pereda, nacido en Montevideo el 12 de febrero de 1994 (23 años) y que proviene del Club de Fútbol Lorca Deportiva, equipo de la región de Murcia y que milita en la Segunda División "B" del fútbol español.

Mauricio "El Loco" Alonso, que debutara profesional en el Club Atlético Cerro, de Montevideo, en 2011, con tan sólo 17 años de edad, anotando seis goles en aquellos dos primeros años de carrera (con 3363 minutos de juego entre ambas temporadas, 53 partidos disputados, 40 de ellos como titular, con ocho amarillas, sin expulsiones), buenos números y antecedentes que lo llevarían a que, en 2013, el Club Atlético San Luis, de la ciudad de San Luis Potosí, del ascenso mexicano, pusiera sus ojos sobre el joven punta uruguayo, para ficharlo a los 19 años (donde jugaría 16 encuentros, 9 como titular, con 862 minutos en cancha, un gol y una tarjeta amarilla).

En 2014 regresaría a Uruguay, a la Institución Atlética Sud América, donde jugaría hasta 2015 (jugando 26 cotejos, 11 de ellos desde el inicio, con 995 minutos efectivos de juego, un gol y dos amonestaciones), año en que volviera a su club de origen, Cerro, para disputar la temporada 2015/2016, jugando sólo cinco partidos, todos viniendo desde el banco, con '60 en cancha, sin tantos ni tarjetas.

En 2016 se mudaría a nuestro país, como refuerzo del Villa Dálmine, dirigido por entonces por Jorge Vivaldo, para afrontar el torneo de Transición de la "B" Nacional, que contaría también con Lautaro Formica como incorporación para aquella temporada. En el primer certamen jugaría 18 encuentros, 15 desde el arranque, con 1222 minutos en cancha, anotando cinco goles y siendo amonestado en dos ocasiones, mientras que para la temporada siguiente (2016/2017), disputaría 14 partidos, todos como titular, con 1227 minutos de juego, tres goles convertidos y una tarjeta amarilla.

Por desgracia, una lesión ligamentaria lo alejaría de las canchas por un buen tiempo, hasta que a la finalización de su contrato con el "Violeta", emigraría al "Viejo Continente" para retomar su carrera en el Lorca Deportiva de Murcia. Durante su estadía, en la última temporada 2017/2018, Mauricio Alonso jugaría 10 partidos en la Segunda División "B" de España, cuatro de ellos como titular, totalizando 447 minutos de juego, un gol (el domingo 22 de octubre de 2017, en el triunfo 2 a 0 del Lorca, en su visita al Mérida Asociación Deportiva, en Extremadura), con tres amarillas y sin tarjetas rojas.

En definitiva, Mauricio Sebastián "El Loco" Alonso Pereda, delantero centro uruguayo de 23 años y en las próximas horas, el primer refuerzo oficial del Deportivo Morón para el segundo semestre del torneo de la "B" Nacional 2017/2018, suma 142 partidos como profesional (110 en el exterior y 32 en nuestro país), con 17 goles convertidos, repartidos casi en partes iguales entre Argentina, Uruguay, México y España (ocho aquí y nueve afuera).

Llegó Mauricio "El Loco" Alonso, un punta para un Gallo que quiere abandonar definitivamente el "fantasma" del descenso, en 2018 y que este miércoles 3 de enero retornara a las prácticas en el Nuevo Francisco Urbano, casi con un "pie" en el micro que los trasladará a Colón, Entre Ríos, desde el sábado 6 del corriente (y que una semana más tarde, el también sábado 13, los enfrentará en su primer amistoso con Defensores de Pronunciamiento, equipo que milita en el Federal "A", con la posibilidad de la asistencia de mil hinchas del Gallo), con Matías Tabak y Javier Pérez, ya recuperados de su lesiones ligamentarias y las bajas de Franco Racca y Gerardo Martínez, ambos en proceso de rehabilitación de sus intervenciones quirúrgicas

Finalmente, como contrapartida, quien abandonó la institución es otro uruguayo, también delantero, como Maximiliano Brito, autor de un sólo gol en 2017, para el triunfo del Gallo 2 a 1 ante Agropecuario Argentino en el Oeste, que con pase propiedad de Brown de Adrogué, se hallaba a préstamo en Morón hasta junio venidero.

@elgallogustavo.



jueves, 21 de diciembre de 2017

A corazón abierto (en primera persona)

Con el permiso de los amigos lectores y la licencia de mis profesores de periodismo, hoy vengo a escribirles en primera persona, utilizando para ello un tiempo verbal que constituye casi un pecado venial en los ámbitos profesionales de mi labor.

Sin embargo, para relatar lo que necesito contar (y hablo de "necesidad", pues realmente lo vivo así, ya que no me anima obligación alguna de ninguna naturaleza), preciso imperiosamente de la primera persona verbal del singular, puesto que se trata de un relato verídico y en primera persona.

Como cada año, para esta altura del mismo, se impone un balance de lo acontecido a lo largo de sus 365 días, algo bastante habitual en años anteriores y que en 2016 y 2017, por razones de ética personal y profesional, no habría de suceder, por motivos obvios de incompatibilidad y sentido común: hubiese sido muy demagogo de mi parte, realizar cualquier tipo de semblanza institucional del Deportivo Morón, siendo parte integrante de las Comisión Directiva que aún dirige los destinos de nuestra pasión compartida.

Sin embargo, el 2017 habría de resultar un año muy atípico en lo personal, puesto que a mediados del mismo, la propia Comisión Directiva, hasta ese entonces mis "pares" de CD, habrían de decidir mi apartamiento del cargo como jefe de prensa, algo absolutamente legítimo desde lo formal, y ante lo cual no me asiste objeción alguna, salvo sí en las formas, puesto que habría de resolverse en mi ausencia y sin preaviso alguno, dado que de otro modo me hubiese apartado de motu proprio. 

Ante ello, y pese a la voluntad de mis ex "compañeros" de Comisión de permanecer en funciones como Secretario de Actas, al día siguiente de aquella decisión, tomada un lunes feriado, luego del resonante triunfo por Copa Argentina ante San Lorenzo, y de regreso de cumplir mis obligaciones como prensa y dirigente en la pretemporada de Mar de Ajó, decidí renunciar de manera indeclinable a dicho cargo directivo, en virtud que me resultaba imposible imaginarme sentado a la misma mesa, en lo sucesivo, con aquellos que habían decidido mi alejamiento como jefe de prensa, sin siquiera tenerme enfrente para otorgarme el legítimo y constitucional derecho a la más elemental defensa, algo que en mi fuero más íntimo guardo con infinita pena como un acto de injustificada traición.

Y así como decido, en mi vida personal, no sentarme a compartir la mesa, con aquellos que no considero mis afectos, ese mismo criterio vital y de sentimiento habría de animarme a desestimar cualquier intento de convencerme de no abandonar el "barco" dirigencial, para evitar el pequeño "rebote" mediático, ni tampoco para conservar la posibilidad de asistir de visitante, por una "chapa" y carnet virtual de dirigente, que jamás hubo de interesarme en el año y medio que intenté dar lo mejor para el club, desde mi humilde saber y entender humano y profesional.

Consumada mi renuncia y mientras intentaba asimilar un nuevo "golpe" impensado, de los varios que me asestaría la función, alguno de los cuales dejarían profundas huellas en mi espíritu, por lo injusto e innecesario de los mismos (y hasta modificarían conductas habituales personales, ante la mentira inaudita y el escarnio público mal avenido, precisamente por cuidar el patrimonio societario y negarme al recurso recurrente de la extorsión más inescrupulosa y abyecta), solamente expliqué mi situación en un puñado de medios amigos, por la relación de afecto que me unía y une con los mismos y por el compromiso asumido de siempre dar la cara, pero sin la más mínima intención de generar un "circo" o una gira mediática propia de un escándalo de "vedettes", ante un tema insignificante en el devenir de los 70 años de grandeza del Deportivo Morón.

En este punto, no puedo más que agradecer infinitamente la muestra de solidaridad personal y profesional sin precedentes, de mis compañeros colegas de medios partidarios, quienes también sorprendidos e incómodos por la intemperancia de una decisión que podría haberse dado de otra forma más sincera, sensata y frontal, decidieron no cubrir el cotejo amistoso ante la Reserva de River Plate, medida de "fuerza" que jamás fuera "perdonada" por un vicepresidente de la institución, hoy también fuera de la CD, quien primero amagara con negarse a otorgarles la credencial anual a los medios participantes en la medida y que, convencido por alguien con más cerebro y menos resentimiento que el mencionado ex dirigente, aún hoy conserva un odio visceral al conjunto de medios partidarios, "veneno" que destila semanalmente, en un conocido foro de opinión de una histórica web de Morón, bajo un pseudónimo que resguarda la identidad y fundamentalmente la "integridad", de alguien que nunca la tuvo ni tendrá jamás.

Y menciono esto ahora, a días de un nuevo año, porque no hubo una explicación satisfactoria sobre lo sucedido, y más allá de lo irrelevante del tema, en comparación con los grandes problemas que aquejan a nuestra institución, el socio e hincha siempre tiene el derecho de saber lo que pasa y por qué suceden ciertas cosas, que en mayor o menor medida, revisten cierto grado mínimo de impacto institucional.

En lo personal, intenté desde mis cuentas personales de redes sociales, explicar algunas de todas estas cuestiones, pero luego comprendí que no era el momento para hacerlo, puesto que podía tomarse como el descargo de un "despechado" de la CD, ya que nadie tiene la obligación de saber que, todo lo que uno criticó desde afuera, también lo hizo durante año y medio desde adentro, y hasta votó sistemáticamente en contra de todo aquello que consideró inoportuno e inadmisible para sus convicciones personales y societarias, pero en flagrante minoría; ante lo cual, uno pasaba a convertirse en una negativa meramente testimonial, que cuanto menos impedía la "obediencia debida" que se vivía puertas adentro de la directiva, y que en definitiva, con el paso de los meses, explicara la "necesidad" de la forma intempestiva de mi alejamiento, de un cuerpo que, salvo honrosas excepciones, había perdido irremediablemente la posibilidad del debate franco, el disenso necesario y el voto en disidencia de la mayoría "automática", clima de complicada e incómoda permanencia para cualquiera con criterio propio.

Pido sincero perdón si este descargo testimonial-emocional carece de importancia para muchos, o si ofendo o enojo a otros, pero luego de un largo silencio autoimpuesto, por privilegiar siempre los intereses supremos de la institución, y a la hora del habitual balance, tras casi dos años de ausencia lógica de panoramas institucionales en este espacio, caracterizado desde siempre a la opinión, acertada o no, del adentro y del afuera de la cancha, en la convicción que había llegado el momento de contar algunas cosas que no habían sido debidamente aclaradas a su tiempo, y que hoy, nuevamente desde el llano e intentando retomar el perfil bajo que me caracterizara, y dentro del cual me siento realmente cómodo, precisaba internamente aclararle a mis Amigallos (tomándole prestado el término a mi respetado amigo, Mariano Campos), como quien necesita sincerarse con sus afectos en una mesa de bar, cervezas de por medio.

Orgulloso y satisfecho de lo poco o mucho aportado desde la función que me encomendara el socio, aquél inolvidable 5 de junio de 2016, gestión que siempre quedará a criterio de mis consocios e hinchas del Gallo, y con el regusto amargo de no haber podido concretar otros varios proyectos planificados para el segundo semestre del año que concluye, debo ser sincero, como lo he sido siempre en este espacio y fiel a mis convicciones en el rol de jefe de prensa, aprovecho para agradecer infinitamente el honor concedido y por permitirme vivir un año y medio inolvidable en la función más hermosa del mundo, aunque en el presente el sentimiento interno sea de decepción y desánimo, similar a aquél que amaba el asado y que, tras "vivir" la "cocina" interna de la "parrilla", hoy desestima el asado con pena y cierto dejo de amargura.

Porque en un club complejo y hermoso a la vez, al igual que sucede con cualquier gran amor en nuestras vidas, existe mucha mezquindad e ingratitud entre quienes lo frecuentan, deciden y participan de su vida activa, provocando sinceramente que uno se replantee si lo suyo tuvo razón de ser alguna.

Quizás el tiempo me de esa respuesta que estoy buscando, y revalorice lo vivido, por encima de los ingratos y las miserias tan humanas.

Mientras tanto, gracias por leerme y muy felices fiestas.


@elgallogustavo.




domingo, 10 de diciembre de 2017

El año que recuperamos la sonrisa... ¡Salud, Morón!

El Deportivo Morón afrontaba un compromiso futbolístico de cierre de semestre en la "B" Nacional, que más que mitad de torneo y conclusión de año calendario, por múltiples "condimentos" asemejaba una final por el campeonato o el cotejo decisivo por la permanencia.

En efecto, y luego del empate padecido en el juego pero disfrutado en la "chapa" final del resultado, del último fin de semana en Jáuregui, el encuentro ante Brown de Puerto Madryn en el Nuevo Francisco Urbano, implicaban mucho más que tres puntos, teniendo en cuenta la necesidad de sumar un triunfo en "casa" (el tercero en doce jornadas, siempre en el Oeste), para alcanzar aquella meta prefigurada de 15 unidades al término de la primera mitad del actual certamen, para poder irse de "vacaciones" con la mayor tranquilidad de hallarse en la tabla de los promedios, fuera de la temida "zona roja" de los descensos (más allá de lo que ocurriese con Mitre de Santiago del Estero, horas más tarde), que determinará este desigual Torneo Nacional, donde a cambio de dos ascensos a Primera, determinará nada menos que seis descensos... Y en el caso del Gallo, con todas las lágrimas y el cúmulo de frustraciones que significaran 17 años de angustiosa espera en la "B" Metropolitana.

Por otro lado, las últimas declaraciones públicas de Walter Otta, poniendo en duda su continuidad como entrenador del equipo, por una sumatoria de razones propias y ajenas, que habrían sembrado de interrogantes al cuerpo técnico, con contrato vigente hasta junio de 2018, pero también con una cuota de desgaste de arrastre, por falencias dirigenciales y la sensación de un "mensaje" que en los últimos tiempos no hubo de llegar como debiera a sus dirigidos, en buena parte, origen de la merma en el rendimiento futbolístico y de la compleja adaptación del equipo a esta exigente y más profesional categoría, no hacían más que potenciar las necesidades de un triunfo, en la despedida de la temporada más exitosa, desde 1990 a esta parte, pero también determinante para el futuro inmediato de un Deportivo Morón que precisa imperiosamente sepultan viejos "fantasmas" y convencerse que este presente de "ensueño" no resulta tan sólo el postergado guiño afortunado de un destino siempre esquivo, pero circunstancial, transitorio y contingente.

Por todo ello, la gente dijo presente en nuestro "Teatro de los Sueños" del Oeste, para agradecer con la presencia, el aplauso y el aliento, a los protagonistas de habernos devuelto la "sonrisa" futbolística tras casi tres décadas de infortunio permanente, repetido y mal avenido, y dentro de la cancha, y a pesar de las ausencias por lesiones y el agotamiento psicofísico de una temporada cargada de partidos y exigencias, habría de ser retribuido con una nueva muestra de compromiso individual y colectivo, tomando al cotejo frente a Brown de Puerto Madryn como una auténtica final anticipada por la permanencia, en un claro mensaje de respaldo, asimismo, a ese cuerpo técnico que dudaba de sus actuales herramientas para torcer el rumbo, con la demostración palmaria en los '90, de la revitalización de ese grupo indestructible, capaz de las mejores alegrías y las mayores gestas.

Y de ese modo Morón encararía el partido desde el inicio, apretando al buen equipo de Puerto Madryn contra su arco, generándole una buena cantidad de situaciones de gol, en un muy buen primer tiempo, cuyo andar habría de asemejarse mucho más al equipo campeón por demolición de la "B" Metro y al "abanderado" de las hazañas en la última edición de la "Copa Argentina".

Es por eso que hubiese sido realmente injusto, que el Gallo se retirase al entretiempo con un nuevo empate a cuestas, y tal vez, quizá por eso, ese esquivo destino durante tanto tiempo, habría de incidir en la falla garrafal del arquero visitante, tras el tiro de esquina cerrado de Rodrigo Díaz, y como consecuencia del mismo, el equipo de Walter Otta se encontrara con el cabezazo goleador de Emmanuel Giménez y la ventaja merecida y alentadora en el último suspiro de tiempo de la etapa de inicio.

En el complemento, la necesidad cambiaría de manos y sería Brown de Madryn el necesitado de ir a buscar el encuentro, aunque en esta tarde de "reencuentros" y "revitalizaciones", Morón volvería a exhibir parte de aquella fortaleza defensiva que lo caracterizara durante largo tiempo, fundamentalmente en "Copa Argentina", a fin de poder sostener sin grandes sobresaltos esa victoria tan necesaria, y de tantos mensajes implícitos más allá de la línea de cal del Nuevo Francisco Urbano.

En definitiva, y consumado el esperado y festejado uno a cero, el Deportivo Morón cerraría la temporada 2017, con el resultado que mayor justicia podía hacerle al mejor año futbolístico de nuestras vidas, en los últimos 27 años.

Con los 15 puntos de objetivo a medio campeonato en el "bolsillo" y con ellos, la tranquilidad de un "verano" sin sobresaltos, en la conferencia de prensa posterior al triunfo, Walter Nicolás Otta ratificaría su continuidad al mando de este "barco", cuanto menos hasta junio venidero.

En el año de nuestros sueños, el Deportivo Morón se y nos "regaló" nuevas razones para creer que en 2018, habrán de prolongarse esos "bellos milagros" que nos devolvieran la sonrisa, aquella que en casi tres décadas, y en más de una ocasión, creímos irremediablemente perdida.

Cuento "chino" o no, el 2017 será inolvidable para el Gallo.

Gracias a sus protagonistas, por tamaño acto de desagravio emocional y de justicia futbolera con todos nosotros, los hinchas.

¡Salud, Morón!.


@elgallogustavo.




viernes, 8 de diciembre de 2017

Punto final a la temporada en que recuperamos la "sonrisa", con un partido de múltiples "condimentos" emotivos

Con el antecedente reciente del empate "rescatado" de la excursión a Jáuregui, "volviendo" de un 0-2 y que podría haber sido aún peor, en varios pasajes del primer tiempo y hasta el cuarto inicial del complemento, el Deportivo Morón se apronta a afrontar su último compromiso oficial de un 2017 inolvidable, histórico y que sin dudas, lo tuvo todo: desde el campeonato y ascenso tan deseado a la Primera "B" Nacional, luego de 17 años de ausencia en la segunda categoría del fútbol local y de 27 "calendarios" sin alegrías ni vueltas olímpicas, pasando por una actuación memorable y también para la historia en la "Copa Argentina", iniciándola en la Primera "B" para finalizarla en el Nacional, habiendo eliminado a cuatro equipos de Primera División (Patronato, San Lorenzo, Unión y Olimpo) y caer recién en la semifinal ante River Plate, en Mendoza, con el "sabor amargo" de una historia que podría haber sido diferente al 0-3 final, de no mediar el yerro arbitral en el ilegítimo primer gol de los "Millonarios", hasta llegar a una participación mucho más compleja de lo pensado en el actual torneo de la Primera "B" Nacional, con pocas derrotas, pero también escasos triunfos y una adaptación difícil a la categoría, que hoy lo ubica en zona de descenso directo, a un partido de completarse la mitad del certamen, aunque con la tranquilidad que una nueva victoria, este próximo domingo, lo podría dejar fuera de todo riesgo, por lo menos hasta la reanudación del campeonato, en 2018, tras el inminente receso de verano.

Una segunda mitad del torneo 2017/2018 de la Primera "B" Nacional, determinante para la continuidad y afianzamiento del equipo e incluso de la institución en la más profesional y demandante divisional, que en las últimas horas abrió un interrogante enorme respecto de quién será el responsable táctico desde febrero del año próximo, en virtud de las declaraciones públicas de Walter Otta, quien pusiera en duda su continuidad en el Gallo, a partir de una mixtura de agotamiento personal con algunas cuestiones laborales que debió soportar y hasta solucionar el cuerpo técnico, en ausencia de un acompañamiento efectivo y eficiente de la directiva, en múltiples ocasiones para resolver problemas cotidianos y hasta elementales, inherentes a la responsabilidad dirigencial, pero jamás atribuibles al rol del director técnico y sus colaboradores, como así también a una dificultad creciente para que el "mensaje" táctico llegue de la manera habitual al plantel profesional, no producto de una mala relación entre entrenador y dirigidos, ni mucho menos, sino tal vez al desgaste de una relación que ya lleva dos años y que quizá, transcurrido ese tiempo, haya generado que el límite necesario entre director técnico y jugadores se haya vuelto cada día más difuso, consecuencia no deseada, ni provocada, de la relación de afecto innegable entre el líder del este grupo exitoso y sus intérpretes dentro de la cancha.

Con todo, este domingo desde las 17 hs., el Deportivo Morón enfrentará a Guillermo Brown de Puerto Madryn, por la duodécima fecha del torneo Nacional, en el Nuevo Francisco Urbano, con el arbitraje de Gerardo Méndez Cedro, acompañado de Nicolás Bravo y Walter Ferreyra, como asistentes uno y dos respectivamente, además de Julio Barraza en rol de cuarto árbitro, sin televisación en vivo, pero sí vía streaming por las señales partidarias habituales, encuentro que representará la despedida oficial de una temporada imborrable para el Deportivo Morón, y que asimismo podría constituir el partido de despedida de Walter Nicolás Otta (reciente ganador del "Premio Alumni 2017" al director técnico destacado de la temporada, en la Primera "B"), quien comandara el proceso más exitoso en la dirección técnica del Gallo, desde los '90 con el "Gato" Norberto Salvador Daniele, y a quien más allá de la decisión personalísima y legítima que tome desde su fuero más íntimo, se lo recordará y agradecerá eternamente, como socios e hinchas, por devolvernos, junto a este grupo inolvidable de jugadores, una "alegría" futbolística perdida desde hacía casi tres décadas.

En un partido con muchísimos "condimentos", desde lo emocional y futbolero, el Deportivo Morón cierra el "telón" de una temporada tantas veces soñadas, que hasta hace sólo seis meses parecía una quimera más que un "sueño" realizable.

Por un triunfo necesario, desde lo matemático, que clausure una temporada 2017 inolvidable, de la manera más ajustada a tanta lágrima de felicidad derramada e injustamente postergada durante 27 interminables años.

GRACIAS PLANTEL PROFESIONAL.

GRACIAS WALTER OTTA Y CUERPO TECNICO.

Y que el 2018 continúe deparándonos "bellos milagros", de esos que tanto nos merecemos los socios e hinchas del Deportivo Morón.


@elgallogustavo.



domingo, 3 de diciembre de 2017

AlmaFuerteGallo

En su penúltima presentación en la actual temporada de la "B" Nacional y en su último compromiso lejos del Nuevo Francisco Urbano, el Deportivo Morón habría de traerse un punto importante para sumar en la tabla de posiciones y de los promedios, pero también desde lo anímico, luego de revertir no sólo la desventaja parcial de dos goles, a falta de '25 para el cierre del encuentro, sino una nuevo "capítulo" de adversidades e imponderables, incluso desde antes del inicio del juego, como la lesión de Emiliano Méndez en el calentamiento, quien debiera ser reemplazado entre los once por Damián Toledo (y su lugar en el banco, por Maximiliano Jerez, que debió colocarse la "pilcha" de jugador, a último momento) y tal y como viene sucediendo desde un buen tiempo a esta parte, el tempranero desnivel de Flandria, en su segunda llegada de cierto peligro y cuando poco y nada había sucedido en el partido.

Por todo ello, es decir, por el trámite del partido, donde el Gallo volvería a desnudar una fragilidad defensiva llamativa y preocupante, pero también por el desarrollo del resultado, ante un "Canario" que con escasos recursos y haciendo un uso intensivo de las ventajas de la última línea visitante, habría de colocarse dos a cero, a los '14 del complemento, y al mismo tiempo, por tratarse de un enfrentamiento con un rival directo en la lucha por mantener la categoría, en el siempre duro, difícil y desparejo terreno del "Carlos V", el equipo de Walter Otta se traería un auténtico "puntazo" de Jáuregui, viniendo desde atrás con el "destino" y en la "chapa" parcial del cotejo, unidad que tendrá la ocasión de revalidar y potenciar el próximo domingo, en caso de sumar de a tres ante Guillermo Brown de Puerto Madryn, en el Oeste, para poder irse al receso de verano mucho más aliviado desde lo numérico, y con la perspectiva de recuperar una buena cantidad de "soldados averiados" y hoy "fuera de combate".

Como quedara dicho, con Damián Toledo de inicio, después de largo tiempo, por la deserción a última hora de un Emiliano Méndez que ya había sido reemplazado en el segundo tiempo del triunfo precedente frente a Agropecuario (sin Cristian Lillo a su lado, marginado desde la previa, por un desgarro), más Cristian Broggi por la lateral zurdo y Lautaro Formica por delante de él, en posición de volante externo por el sector izquierdo, además de los esperados regresos de Javier Rossi en ofensiva (acompañando a Maximiliano Brito) y de Rodrigo Díaz partiendo desde el banco, el Gallo comenzaría el partido intentando acomodar nuevamente las "fichas", de un "rompecabezas" que se le renueva al cuerpo técnico, semana tras semana, sosteniendo el lógico envión inicial de un "Canario" que, con seis puntos en el torneo, se hallaba tan o más necesitado de sumar que el Gallo.

A los '13 del primer tiempo y cuando casi nada había pasado, más que la superioridad territorial de Flandria, por su condición de local y las obligaciones referidas, en su segunda aproximación de peligro al arco visitante, Diego Medina, el "diez" local habría de escapar a la marca, tras recibir un lateral por izquierda y al ingresar al área, en el primer indicador claro de las facilidades que la defensa de Morón otorgaría durante toda la tarde, definiría con un zurdazo potente y esquinado ante un atónito Milton Alvarez, que seguramente jamás debió imaginar un ingreso tan franco y solitario de la figura del "Canario", en especial en aquella primera etapa.

Una vez más, como frente a Riestra, Nueva Chicago, Almagro, Instituto, Juventud Unida de Gualeguaychú y Agropecuario, el Deportivo Morón debió comenzar a "remar de atrás", desde prácticamente el inicio del juego, al igual que en la gran mayoría de los encuentros precedentes y citados, intentando asumir el control del balón, por imperio de la necesidad y la obligación, pero con el déficit repetido de no poder contar en el terreno, con sus mejores interlocutores para la generación de fútbol y a partir de ello, el abastecimiento efectivo a sus delanteros, con Gerardo Martínez ausente por un largo tiempo y el "Rengo" Díaz apenas recuperado, o por lo menos de alta médica, aguardando en el banco de los suplentes, sin la "cuerda" imprescindible para soportar los '90.

Falto de fútbol asociado y de ideas, además de la ausencia siempre significativa de Cristian Lillo, por lo que representa en el medio, para el quite, y en el retroceso a la hora de la contención, el equipo de Walter Otta, con muchísima dignidad y capacidad de resiliencia para sobreponerse a alguna nueva adversidad, fuera y dentro de la cancha, todos los partidos, la ofensiva del Gallo tendría como principal abanderado desde el fondo, al "Mono" Maximiliano Paredes, también como en los cotejos anteriores, "valiente" para irse al ataque con decisión y criterio e intentar juntarse con sus compañeros, para generar alguna sociedad, como la que finalizara en el empate ante Agropecuario.

Con Emmanuel Giménez como el intérprete más idóneo para el primer pase ofensivo, al igual que con el "Sojero", la fecha pasada, sería Leandro Guzmán, decididamente en rol de enlace, el jugador con mayores y mejores aptitudes para generar el desequilibrio necesario, para que la pelota les pudiese llegar de la forma más clara posible y con ventaja de posición, a los delanteros de Morón, pero en especial a un Javier Rossi de gran retorno, con gol incluido, pero de determinante juego y sacrifico durante todo el partido.

Sin embargo, y a pesar de la actitud de ir a buscar el encuentro, pese a las dificultades que cada semana se le plantean a este plantel y cuerpo técnico, cada contraataque de Flandria desnudaría la fragilidad y las falencias de una defensa del Gallo que podría haberle ocasionado un nuevo "dolor de cabeza" antes del final del primer tiempo, pero que por fortuna, por lo menos hasta ese momento, entre las acertadas intervenciones de un (por momentos) indefenso Milton Alvarez, y la escasa puntería en el pase al arco de los puntas locales, harían que la visita se mantuviera en partido y hasta contara con alguna chance de empate, como aquella llegada solitaria de Lautaro Formica, de gran despliegue pero impreciso en los pases, que rematara cruzado y desviado desde inmejorable posición.

En el complemento, Otta intentaría revertir el 0-1 parcial, con los mismos once de inicio, hasta que a los '13 decidiera el doble cambio de Rodrigo Díaz y Damián Akerman por Cristian Broggi y Maximiliano Brito, respectivamente, y un minuto más tarde, en otra de esas demostraciones de "antipatía" del destino, la mala fortuna o el infortunio, mientras la defensa de Morón se estaba acomodando al intercambio de laterales entre Paredes y Formica, ya sin Broggi en la cancha, Luciano Pons hallaría el hueco ideal por el medio de la última línea visitante, para llevarse sólo el balón y derrotar sin atenuantes a Milton, a los '14 de la segunda etapa.

A pesar del nuevo "mazazo" en contra, y con el 2 a 0 en contra, el "Rengo" Díaz asumiría como siempre, el liderazgo de la ofensiva del Gallo, con el talento y al panorama que lo caracterizan, para sobre los '21 del período complementario y luego de un lateral por izquierda, ensayar un gran centro pasado al área del inoxidable Leonardo Griffo, para que Valentín Perales (con dudas en defensa, como el resto de sus compañeros de zaga, pero fundamental en ambos goles y determinante para el resultado definitivo) impulsara la pelota de cabeza, en el segundo palo, para permitir el ingreso claro y franco de Javier Rossi, también de cabeza por el primer poste, para el descuento de la visita y revertir la sensación de partido perdido.

De allí en adelante, el partido de convertiría en un incesante ida y vuelta, no con el mejor fútbol, pero sí con las intenciones más saludables de ambos lados, uno para definir el encuentro con el tercer tanto, y el otro en la búsqueda de un empate, hasta minutos antes de difícil pronóstico, aún para el más optimista. En ese devenir, el Deportivo Morón la pasaría realmente mal en más de una ocasión, no tanto por los méritos de delanteros y volantes locales, sino por las ventajas y distracciones de la defensa visitante, hasta que sobre los '38 del complemento y en otro centro contra el área de Flandria, nuevamente un doble cabezazo le daría el festejado empate en dos al Gallito, con el frentazo de Valentín Perales, en esta ocasión en rol de goleador, y no de asistidor, como en el descuento.

Con el dos a dos en el "Carlos V", el local intentaría salir a "quemar las naves" para recuperar una ventaja que, hasta los '20 del segundo tiempo parecía encaminada por resultado y trámite del partido, generándole un último susto al arco del Morón, con el ingreso de Mariano Puch por derecha, luego de un tiro de esquina, que por fortuna se terminaría perdiendo por encima del travesaño de Alvarez.

El pitazo final de Héctor Paletta, de correcto desempeño (tal vez el mejor arbitraje, en estas once jornadas, con rendimientos de regulares a pobres y hasta desastrosos de sus colegas precedentes), llegaría el alivio de un equipo de Walter Otta que sin jugar bien y con grandes problemas en defensa, supo sobreponerse a todos los infortunios y adversidades de una nueva fecha, de un destino "chivo" y "arisco", para llevarse un punto realmente importante para sumar en todas las tablas y en el ánimo de conjunto, al volver de atrás de un 0-2, a falta de '25 para el cierre en Jáuregui, y ante un rival directo en la pelea de fondo por mantener la categoría.

Ahora, a recuperar algún otro "soldado", si esto fuera posible, o cuanto menos, "prender velas" para que nadie más se sume a la lista de lesionados, a fin de sumar de a tres ante Brown de Puerto Madryn y llegar al receso estival, mucho más tranquilos y aliviados que hace un par de semanas atrás.

"Huevo", garra y corazón, la receta "made in casa" de este equipo, marca registrada de Walter Nicolás Otta.

De este Morón, "Duro de Matar", que jamás estará "vencido ni aún vencido".

"AlmaFuerteGallo".



@elgallogustavo.



viernes, 1 de diciembre de 2017

En duelo de "aves", el Gallo visita al "Canario" por tres puntos vitales

En el anteúltimo compromiso de la temporada, el Deportivo Morón intentará sumar su tercera victoria en el campeonato, segunda consecutiva luego del desahogo del 2-1 frente a Agropecuario de la fecha pasada, y la primera alegría fuera de casa, condición en la que sólo cayó frente a Juventud Unida en Gualeguaychú, pero hasta el momento no pudo pasar de algunos empates importantes, como frente a Los Andes, Estudiantes de San Luis, Almagro y Nueva Chicago.

Para ello, deberá superar el siempre difícil escollo de Flandria, en el "Carlos V" de Jáuregui, este domingo desde las 17 hs., con el arbitraje de Héctor Paletta (segunda ocasión en el certamen que dirigirá al Gallo, tras la fecha del debut, en el cero a cero con Los Andes, en el "Eduardo Gallardón"), con Federico Cuello y María Eugenia Rocco, como asistentes uno y dos, respectivamente, más Estela Alvarez de Olivera en rol de cuarto árbitro, en una "cuaterna" arbitral divida en parte iguales, entre hombres y mujeres, en el marco de la undécima fecha del Torneo de la Primera "B" Nacional, temporada 2017/2018 (sin TV en vivo, sólo vía streaming).

Sin Cristian Lillo, sumado a la inagotable lista de lesionados que ha diezmado al plantel del Gallito en los últimos tiempos, producto del desgarro de 7 milímetros en el isquiotibial de pierna derecha, consecuencia de la última y trabajada victoria ante el "Sojero" de Agropecuario Argentino, en el Nuevo Francisco Urbano, Walter Otta deberá seguir haciendo "malabares" para poder conformar el mejor equipo posible para visitar al "Canario", en un encuentro de esos que suelen titularse de "seis puntos", debido a que Flandria, penúltimo en la tabla de posiciones con seis unidades, también se halla como el Gallo en zona de descenso directo, con un "flaco" promedio de 1.169, pero con la diferencia significativa que divide por tres temporadas, a diferencia del Deportivo Morón que suma todo lo que gana, y con un triunfo más, quedaría momentáneamente fuera de la zona "roja" tan temida.

Con la expectativa de la recuperación de algunos de los "soldados caídos", en especial aquellos con dolencias de tipo muscular que no llegaron a desgarros, el cuerpo técnico de Morón planea la estrategia para vencer al siempre duro conjunto dirigido por Sergio Gómez y Favio Orsi, que cuenta en su once base con importantes nombres en ofensiva, como Sebastián Matos y el ex San Miguel y Atlanta, Luciano Pons.

En duelo de "aves", necesitadas de puntos en el campeonato, el Gallo visita al "Canario" en Jáuregui, para "remontar vuelo" y comenzar a eludir la "amenaza" del descenso.

Por tres puntos más, antes del receso.


@elgallogustavo.