martes, 21 de noviembre de 2017

Que las hay, las hay...

Muchas veces, cuando en cualquier argumentación o análisis y más en el plano futbolístico, se apela a la noción intangible de la "suerte, es decir, a la ausencia de ella o "mala suerte", suele tomarse como una "excusa" que enmascara las verdaderas razones no asumidas o cuanto menos, no identificadas y enmendadas a tiempo, para solucionar lo que no está funcionando correctamente.

Sin embargo, el tiempo y la experiencia han dado pruebas de ello, otras tantas veces la "mala racha" de un equipo, siempre referido al ámbito del fútbol, no siempre puede explicarse fehacientemente en los méritos y deméritos evidenciados dentro del campo de juego, quedando libradas al azar razones que exceden la explicación lógica, incluso para el más analítico y racional de los espectadores y protagonistas.

De este modo, ¿cómo explicar que en los últimos dos encuentros, el Deportivo Morón haya perdido  por uno a cero, mereciendo en ambos casos, cuanto menos el empate?, más allá de las posibles dificultades en la generación de fútbol bien hilvanado y la falta de puntería en "el pase al arco".

Adentrándonos un poco más allá, en la "intangibilidad" de la noción "suerte" en el fútbol, o mejor dicho, "mala suerte", ¿cómo explicar la existencia de cinco jugadores, todos ellos habituales titulares, que en el racconto de los últimos dos partidos, hayan tenido que salir antes de tiempo en ambos encuentros por lesiones y, en el caso del cotejo en Gualeguaychú, con referencia puntual a Matías Pardo, tener que dejar virtualmente al equipo con diez en cancha, por no poder volver al juego, habiendo ya agotado las cambios?.

En este punto, y de regreso a las consideraciones más "mundanas", queda claro que el "sueño" de acceder a las semifinales de la "Copa Argentina", sigue cobrándose un costo altísimo en un Morón no acostumbrado a disputar dos competiciones de tamaña exigencia, y en sus últimas instancias, con partidos pautados cada cuatro días, como ocurriese con el cotejo frente a River Plate en Mendoza (domingo 12/11), luego Instituto en el Oeste (jueves 16/11) y finalmente frente a Juventud Unida en Gualeguaychú (el último lunes 20 del corriente).

Déficit lógico y común a todos los equipos de nuestro ascenso, no sólo al Deportivo Morón (con jugadores profesionales, pero no súper profesionales como los equipos de primera, varios de ellos 
afectos al "ayudín" de "complementos" al borde de lo permitido por los organismos de dopaje trasnacionales), la merma física que generara la disputa de dos competencias simultáneas de tamaña envergadura y desgaste, dentro de un plantel generoso en actitud, pero al límite en número disponible, hoy impacta directamente en la ausencia significativa de siete (sí, ¡siete!) habituales titulares en este equipo, desde la previa de la semis de copa con River a esta parte, sumadas las ausencias obligadas de Gerardo Martínez, Leandro Guzmán (ambos ausentes en Mendoza), Rodrigo Díaz, Nicolás Ramírez (lesionados ante Instituto) y Javier Rossi, Franco Racca y Matías Pardo, bajas antes de tiempo en Entre Ríos.

Y es precisamente allí donde aquella intangible y difusa noción de la "mala suerte" comienza a dejarnos sin explicaciones satisfactorias, aún a los más analíticos y racionales, cuando en presencia de un equipo diezmado por ausencias, cansado del trajín de partidos consecutivos y con la necesidad imperiosa de sumar de a tres para comenzar a eludir la tabla del descenso, a la primera pelota de juego Gualeguaychú, apenas superado el minuto inicial de juego, luego de un lateral desde el  sector derecho, en mitad del campo, Juventud Unida inicia un ataque que cuenta con la ¿"fortuna"? del mal pique a favor o el error de cálculo en el intento de anticipo defensivo de Mayola (cualquiera de los dos análisis resulta valedero por igual), para que la pelota le quede justa a Walter Acuña, quien con gran panorama habilite a Diego Montiel sólo ante la ausencia de Mayola en la marca, para adentrarse en el área del Gallo y someter con un "latigazo" de derecha a Milton Alvarez.

Corría un minuto con veinte segundos de juego, en el "Estadio De Los Eucaliptos" en Gualeguaychú, y el Gallo ya estaba en desventaja por la mínima, cuando nada había ocurrido, por razones obvias de tiempo.

Y a partir de allí la historia recurrente de los últimos tiempos, pero en especial de la derrota precedente ante "La Gloria", un Morón que desde el "vestuario" se veía obligado a "correr de atrás" y que pese al buen manejo del balón y hasta del dominio territorial por varios pasajes del encuentro, no hallaría los caminos para acceder a un empate que volvería a merecer, por voluntad, por insistencia y
a pesar de las ausencia de sus mejores intérpretes de tres cuartos en adelante.

Y a los '19 del primer tiempo, Javier Rossi comenzaría a tomarse el isquio de pierna izquierda y debería ingresar en su lugar, Damián Akerman. Y sobre los '27 Ariel Cólzera debió haber sido expulsado por un codazo de roja directa a Emmanuel Giménez, y Yamil Possi, otro conocido mal árbitro, al igual que su colega Pablo Díaz, el pasado jueves ante Instituto, con otro codazo descalificador de Guido Mainero en perjuicio de Nicolás Martínez, se haría decididamente el "boludo", si nos conceden el término, para ni siquiera sacarle amarilla a un gran jugador, pero muy "mañero" y que no debió salir a disputar el complemento.

Y el parate por el corte de luz en el estadio, a los '32 del primer tiempo, y la lesión de Franco Racca, a consecuencia de un choque con Sergio Sagarzazú, a los '23 del segundo tiempo (sustituido por Valentín Perales), y diez minutos más tarde, la salida del campo de juego de Matías Pardo, en "una pierna" desde hacía un rato, para dejar al equipo con diez, de manera involuntaria, en presencia de un Morón que ya había agotado lo cambios reglamentarios (en el entretiempo, Maximiliano Brito había reemplazado a Lucas Poletto).

Y el pitazo final del Possi, en presencia de un Morón que dejó hasta la última gota de sudor en Entre Ríos, y pese a merecer como hace cuatro días, mínimamente el empate, debió otra vez retirarse con las manos vacías, con tres jugadores titulares menos, sumados a los cuatro ya ausentes en la previa, de cara al partido con el único líder, Agropecuario, del venidero lunes 27 del corriente, en el Nuevo Francisco Urbano.

No creemos en las brujas..., pero que las hay, las hay...

Y si la "mala suerte" es una "excusa"..., pues que alguien me la explique porque en lo personal.., se me agotó el análisis "racional".

A salir de esta, como sea y lo antes posible.



@elgallogustavo.



2 comentarios:

  1. Directa o indirectamente.lo haces responsable a Mayola, pregunta el tres donde estaba? no solo en esa jugada, en todo el partido. Moron juega con tres defensores, porque el tres se mal proyecta y regala su espalda. no tiene marca y se proyecta mal. tendria que poner un tres con marca o un volante por izquierda...

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    1. Hola Juan, no hacemos responsable a Mayola en la jugada, de hecho advertimos que el mal pique lo pudo haber sorprendido. Simplemente describimos el por qué Montiel recibe y encara tan solo entre los centrales. Lo que no invalida tu comentario, ya que Nicolás Martínez resultó desbordado por Acuña en la acción previa al gol. Un Nicolás Martínez que viene "sufriendo" su banda en los últimos partidos, debido a la ausencia de un volante que lo acompañe y releve por su lateral. Saludos.

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