martes, 2 de junio de 2015

Segundas partes, nunca fueron buenas... Y las obras, ¿dónde están?.

Tiempo atrás, desde este mismo espacio, publicábamos un documento fotográfico revelador, propio de la "lente" única y generosa de Osvaldo Abades, sobre cuya contundencia incontrastable, nos permitíamos advertir sobre la demora incalificable, inquietante y carente de explicaciones oficiales, respecto de las obras correspondientes a la segunda etapa del proyecto de traslado del nuevo estadio.

Asimismo, sólo días más tarde, y a partir de otra tardía y agresiva desmentida de parte de la dirigencia, mediante un nuevo y desafortunado comunicado de prensa, plagado de vaguedades y carente por completo de certidumbres e informaciones concretas, concluíamos con algo de sorna, pero mucho más de tristeza, que el Deportivo Morón, seguramente constituye el único lugar sobre la faz de la Tierra, donde las "versiones malintencionadas" que se denuncian y endilgan sistémicamente (por lo menos, hacia cierto sector no condescendiente del periodismo partidario), es un hecho que, más temprano que tarde, terminan por hacerse realidad, de manera invariable.

En este sentido, y de entre el cúmulo de "versiones malintencionadas" que hubieron de desestimarse de manera oficial, liviana, tardía y hasta de malos modos, la que advertía sobre el flagrante incumplimiento de la empresa constructora, a menos de dos meses del plazo legalmente previsto para la finalización de la segunda etapa de construcción del Nuevo Francisco Urbano, en la víspera, es decir, el último lunes 1° de junio del corriente, hubo de concretar su "profecía autocumplida", y tal cual lo advertido en su momento, por aquella brillante y oportuna fotografía de Osvaldo Abades, el plazo contractual ha sido cumplido y de la segunda etapa de obra, hoy sólo se avizoran unas pocas paredes a medias y la inquietud por el futuro de una edificación que además de esta etapa inconclusa, incluye una tercera, en medio de la desidia inocultable de "Bautec", el desinterés manifiesto del Municipio (garante del proyecto) y el hermetismo inexplicable de la propia dirigencia del Deportivo Morón.

Ante esta grave y, al mismo tiempo, penosa situación que atraviesa nuestra maltratada institución, los únicos que se han puesto del lado del socio e hincha y, en definitiva, de la defensa irrestricta y en soledad de los intereses del club, son los miembros de la Comisión Ad Hoc, quienes a pesar de la lucha desigual y hasta del desdén de la propia "gestión Spina", desde su conformación en Asamblea, han sido los responsables directos de defender y controlar la construcción; y por ende, los únicos preocupados y ocupados en hacer valer la letra de un contrato de fideicomiso y unos planos de obra, alterados premeditada y permanentemente por la constructora y jamás fiscalizados por una dirigencia, que hace rato eligió despojarse de su responsabilidad primaria.

En consecuencia, ante este cuadro de situación, y en presencia del incumplimiento de obra, así como de la superación del plazo legal previsto para la segunda etapa, situación contemplada en el contrato de fideicomiso con resarcimientos económicos importantes a favor del club, consistentes en el pago de una multa de entre 2 mil y 3 mil dólares por cada día de atraso; además de procedimientos administrativos a poner en marcha, como la "denuncia" por parte de la institución, ante el administrador fiduciario (el "Grupo Banco Provincia"), y no el procedimiento de "gentil consulta" al garante del proyecto (el Municipio de Morón), de acuerdo al escueto y errático último comunicado esgrimido por la dirigencia, los miembros de la Comisión Ad Hoc han solicitado una reunión urgente con todas las partes involucradas, para conocer el estado actual de las obras y en cuya nota, remitida al presidente Diego Spina (fechada el mismo lunes 1° de junio), dicha solicitud se fundamenta en las siguientes (y poderosas) razones:

1) "Cumplido el plazo de 18 meses para la finalización de obras y luego de recorrer el día sábado próximo pasado las mismas, confirmamos el estado de fuerte retraso e indefiniciones en la continuidad de las obras, al punto que a hoy no se cuenta con los respectivos planos de las mismas para su realización".

2) "Se sigue manifestando por parte del responsable de la obra, que tanto vestuarios como locales serán provistos de techo de chapa, situación que no varió de la visita y reunión informal mantenida con Ud. (en referencia a Spina), el día sábado 16 de mayo próximo pasado".

3) "De la visita y charla última observamos modificaciones nocivas a las instalaciones en la sede social y locales (esta etapa, a grandes rasgos, incluye pileta, vestuarios, zona parquizada, sede definitiva, confitería y local comercial de grandes dimensiones, sobre Av. Hipólito Yrigoyen), en lo que respecta a medidas, cantidades y errores de diseño que creíamos ya superados y debidamente aclarados con los responsables del desarrollo del proyecto. Ante ello, llama poderosamente la atención, la inacción de parte del ente municipal en el control y seguimiento de las tareas, bajo la responsabilidad del Sr. Pablo Izcovich, fundamentalmente en lo que respecta a la resolución de los temas que se van planteando en una obra de tal envergadura".

4) "Por último y en lo que respecta a los problemas, vicios y faltantes de terminación de obras correspondientes a la primera etapa nada se ha modificado al respecto, por lo que le solicitamos tenga a bien remitirnos copia del acta de toma de posesión de la misma, y la correspondiente a la suscripta con motivo de la ULTIMA REUNION ("FORMAL", y las mayúsculas corren por nuestra cuenta), acaecida en el mes de OCTUBRE del 2014" (nuevamente, la mayúscula es obra nuestra).

"Por todo lo expuesto es que solicitamos la reunión antedicha, en el convencimiento que del debate debe necesariamente surgir las soluciones definitivas de una obra que al estar inconclusa, ya comienza a generar fuertes niveles de lucro cesante a la institución".

Mientras tanto, el Nuevo Francisco Urbano, a menos de dos años de su inauguración, nunca contó con un césped "serio" y medianamente acorde a un club deportivo profesional (problema aún irresuelto, del que jamás se haría cargo la constructora, corriendo por cuenta del club su mitigación, con fondos municipales), además de sufrir una depreciación constante y alarmante en su estructura física, lo que revela la baja calidad de los materiales utilizados en su construcción (caños pinchados, desagües cloacales que se desbordan, paredes que se agrietan, azulejos rotos, una lavandería donde sólo funciona la instalación de caños de agua fría, el piso de la confitería que se hunde, sumados a la ausencia de desniveles en los palcos, constituyen sólo algunos de los múltiples errores, faltantes y roturas que evidencia de manera temprana, nuestra nueva "casa").

Porque en definitiva, y consumada la advertencia del incumplimiento en las obras relativas a la segunda etapa de construcción del nuevo estadio, una vez más y casi como "profecía autocumplida", en este Deportivo Morón de transparencia nula y explicaciones ausentes, las "versiones malintencionadas" del periodismo partidario no condescendiente, resultan invariablemente confirmadas por la desidia, la inoperancia y la soberbia dirigenciales, claro está, acompañadas del inexorable peso de la verdad, la realidad y el tiempo.


Gustavo Adrián Requelme.
@elgallogustavo.




                       Fotos (archivo): gentileza, Osvaldo Abades (h).

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