miércoles, 13 de mayo de 2015

Morón y "el infierno tan temido": bitácora de crisis.

Un predio "Raúl Florentino Di Carlo" de Pontevedra, nuevamente bajo amenaza cierta de remate, que halla providencial salvataje a través de una iniciativa particular, de un conspicuo socio, que tuvo a bien adelantar los 231 mil pesos adeudados en materia de tasas municipales, dinero que le será reintegrado, en una parte, con lo recaudado en la próxima fiesta de cumpleaños de la institución y, en la restante, bajo el formato de promesa incierta de importes futuros devenidos de la Comuna.

Técnicos y preparadores físicos de divisiones inferiores, a quienes se les deben tres meses de sueldo (emolumentos que, dicho sea de paso, distan bastante de los oblados a sus pares del fútbol profesional) y que, de no mediar la intervención de otros socios y colaboradores permanentes, la mora resultaría aún peor, al abonar de sus peculios personales parte del dinero, a cambio de palcos en el Nuevo Francisco Urbano.

La carencia cada vez más notable y grave de elementos básicos para el entrenamiento diario de los chicos de inferiores, como pelotas e infladores, que suelen suplirse con las donaciones y aportes personales de distintos socios y grupos de hinchas que organizan rifas y cenas a beneficio, casi mensualmente, para disimular con su generosidad silenciosa y desinteresada, la ausencia de presupuesto destinado a garantizar el futuro de nuestros jóvenes valores.

Un plantel profesional al que recién, hace tan sólo algunos días, ya en pleno mayo, se les cancelara parte de los sueldos adeudados de febrero, restando aún el porcentaje faltante del mismo mes, así como todo marzo y desde el 20 del corriente, también abril, para remontar el "barrilete" que dejó la sinrazón de un presupuesto hipertrofiado de un millón de pesos mensuales, con destino a una plantilla generosa desde lo cuantitativo (con casi 40 futbolistas rentados) y de escaso relieve cualitativo.

Sin dejar de mencionar, en este punto, el cansancio de un plantel desgastado por reiteradas promesas de pago incumplidas y la medida de fuerza que generara, semanas atrás, consistente en el cese de actividades durante una sola jornada de entrenamiento, agravada ante la penosa constatación de la falta de aportes a la obra social del gremio de los jugadores, sufrida en carne propia por un integrante del primer equipo y su pequeña hija, y "coronada" por la ausencia de respuestas de los encargados habituales del fútbol profesional.

Una errática subcomisión de fútbol que virtualmente ha dejado de existir como tal, y que ha debido ser reemplazada de urgencia y en la contingencia, por segundas líneas dirigenciales que se vieron obligadas a asumir responsabilidades insospechadas hasta hace muy poco tiempo, pero que hoy resultan vitales para responder a las necesidades y requisitorias diarias de plantel y cuerpo técnico, ante la retirada voluntaria de los auténticos y originales responsables del área.

Un presidente que luego de concentrar poder y decisiones de forma compulsiva, y menospreciar a sus pares de comisión directiva, de manera casi sistemática, por considerarlos incapaces de conseguir los medios económicos a los que el sí tenía acceso (por lo menos hasta hace poco, en que las arcas municipales veían como una "oportunidad de negocios" a nuestro club, y no como una "inversión de riesgo", tal como es avizorada desde hace un tiempo, desde el poder distrital), y sin la delegación de funciones y facultades necesarias, abandonara de hecho la oficina de presidencia en la sede social, para asumir tareas en su flamante despacho en el "Hospital Nacional Profesor Alejandro Posadas", en su novel rol de "mano derecha" de la nueva intervención.

Mientras tanto, la segunda etapa de construcción del Nuevo Francisco Urbano se halla próxima a su fecha límite, esto es, el venidero 31 de mayo, y según ha podido apreciarse, tras la reclamada vuelta a las obras, luego de cinco meses en los cuales no se moviera un andamio, parece bastante improbable y lejana la obligación del grupo inversor, de cumplir en los plazos contractualmente previstos, bajo el silencio sugestivo y premeditado de una dirigencia que pareciera haberse desentendido del proyecto, en "favor" de la plausible y solitaria tarea de la Comisión Ad Hoc.

Sin contar que el nuevo estadio se deprecia día a día y nadie parece notarlo o, lo que es aún peor, importarle, más allá del esfuerzo de los miembros de Peñas y Filiales, siempre dispuestos a cubrir los "baches" de una desidia e inoperancia dirigencial alarmantes.

A lo que se suma el déficit mensual operativo de (no menos) $ 300 mil, un pasivo acumulado del que nadie habla, ni mucho menos "blanquea" números reales. Del mismo modo que nadie aclara cómo se solventa un presupuesto total de un millón y medio de pesos por mes, con ingresos genuinos cada día más exiguos, a partir de sponsors ya facturados en su totalidad, derechos de televisación cobrados con cuatro meses de antelación y una masa societaria que mes a mes evidencia una "diáspora" y una "sangría" tremendas, a consecuencia de los absurdos días y horarios en que se disputan los partidos del Ascenso, con la venia "tácita" de una dirigencia de fútbol cobarde, genuflexa y cómplice, de la cual el Deportivo Morón forma parte, a espaldas de la necesidades institucionales y en desmedro de la defensa de los intereses societarios.

Y un equipo que no reacciona, ni transmite nada dentro de la cancha. Y un director técnico mezquino y sin autocrítica, que pretende hallar resultados diferentes, repitiendo hasta el hartazgo, la misma gastada, errática y previsible fórmula, carente de éxito a poco de culminar la mitad del actual torneo.

En definitiva..., Morón y "el infierno tan temido".

Diario y bitácora de crisis.


Gustavo Adrián Requelme.
@elgallogustavo.



No hay comentarios:

Publicar un comentario