domingo, 26 de abril de 2015

La derrota frente a Armenio, en imágenes.

















Una tarde se terminó la "suerte" y con ella, se esfumó el invicto en el Oeste.

Así como suele afirmarse que, aún en la derrota, el buen juego derivará, a la larga, en una mayor proporción de resultados positivos, de igual modo, el ganar repetidamente, pero sin convencer a nadie, sin duda que más temprano que tarde, hallará un límite a la fortuna y habremos de toparnos con la derrota.

En su séptimo encuentro de local, en su "fortaleza" particular, el Gallo de Blas Armando Giunta resignó su invicto en el Nuevo Francisco Urbano, al caer por 2 a 0 con un limitado, aunque práctico Deportivo Armenio, quien preparado tácticamente para llevarse un punto del Oeste, terminó por dejar al Deportivo Morón con las manos vacías, al pagar caro tributo de sus errores repetidos, sus mezquindades conceptuales y su alarmante falta de ideas y de fútbol para vulnerar a una "resistencia" visitante, tan férrea como elemental.

En el balance general de los '90, el Gallito no mereció perder, pero tampoco tuvo ni la menor idea futbolística de cómo ganar, jugando sin dudas el peor partido en condición de local, aunque en rigor de verdad, más bien profundizando una pendiente colectiva que, salvo '70 frente a Almirante y otros tantos minutos ante Barracas Central, se ha venido repitiendo en cada presentación ante su gente, aunque disimulada en la valoración final, por la prepotencia de los triunfos en cadena.

En este sentido, y al igual que frente a Villa San Carlos y más recientemente, Tristán Suárez, Morón repitió una actuación para el olvido, de mala a pésima, sin transigir por ello y en ningún momento del encuentro, la búsqueda, la entrega, la voluntad y la actitud, aunque jamás hallase los caminos de la claridad para acompañar con fútbol, esa decisión inquebrantable de ir al frente, en procura de los tres puntos.

Con el amarretismo táctico de costumbre, aunque el técnico del Gallo se moleste con este simple blog y las opiniones de quien suscribe, Morón volvería a "regalar" un tiempo completo de partido, en la obstinación dogmática de colocar un solo delantero de punta, razón por la cual y durante los primeros '45, el local no habría de generar más que un par de aproximaciones hasta el arco de un tranquilo Villete (tal el apellido del golero visitante), quien habría realmente de ganarse su "dinero" en el complemento, con dos o tres atajadas providenciales y determinantes para el resultado final del encuentro.

Luego de una primera etapa paupérrima, dentro de la cual la visita habría de controlar el medio y contar con las únicas dos opciones francas de gol, como para despertar del letargo a un público expectante, aunque aburridísimo, en presencia de un cotejo tan mal jugado y prescindente de los arcos, en el complemento y en base a empuje y voluntad, el Gallo intentaría torcer la historia a su favor, buscando continuidad en la historia reciente de malos desarrollos, pero triunfos finales en el Nuevo Francisco Urbano.

Así las cosas, y como para evitar que Leonel Altobelli ya tuviese que recibir la pelota, desmarcarse, tirar el centro y correr a cabecear su propio pase, en principio, Giunta apelaría a la variante lógica y sólo posicional, de progresar en el terreno a Cristian Yassogna, intento que perduraría por algunos minutos, hasta que Federico Domínguez, técnico de Armenio, dispusiera el adelantamiento de Matías Buongiorno, lateral izquierdo y capitán del visitante. Razón suficiente para que el hermetismo tacticista de este Morón, que privilegia la faz defensiva en cualquier sector del terreno, determinara un nuevo retroceso de Yassogna, de regreso a la mitad de la cancha.

Ante ello y con la modificación de Javier Pérez, en lugar de un opaco Cristian Lillo, más el empuje del resto, el Gallo generaría sus mejores momentos de desequilibrio, primero con una corrida de Federico Domínguez, cuyo centro rasante no pudiera ser conectado, de frente al arco, ni por Pérez, ni por Yassogna. Y un par de minutos más tarde, a partir de un centro desde la izquierda, que encontraría sólo a Cristian Yassogna en el punto del penal, aunque el otrora delantero, devenido en volante de marca (dentro de este Morón, siempre contenido y amarrado a un esquema timorato y cauteloso a ultranza), no podría darle suficiente dirección, a un cabezazo que "moriría" en la manos y la correcta ubicación del arquero visitante.

Tras "cartón" y por si fuera poco, en la jugada siguiente, y en una contra rápida bien hilvanada entre Nahuel Peralta y Oscar Acuña, el "11" de Armenio terminaría por abrir el marcador, en segunda instancia, tras la contención inicial de Sebastián Peratta, en un rebote que hallaría al autor del primer gol en clara posición adelantada, situación inadvertida, tanto para Germán Bermúdez (árbitro del encuentro, y de flojísimo desempeño), como para su juez asistente.

Y si a Morón se le había complicado generar peligro, con el resultado en cero, ni hablar con el marcador adverso, lapso durante el cual abarrotaría de centros el área de Armenio, mientras desde el banco se agotaban lentamente las variantes en la búsqueda desesperada del empate, para terminar jugando con dos enganches (Gerardo Martínez y Lucas Nanía) y cuatro puntas (Leonel Altobelli, Javier Pérez, Diego Barrios Suárez y, de a ratos, Cristian Yassogna), esto es, bastante más lejos del 4-4-1-1 de inicio, sepultado por imperio de la necesidad "in extremis".

A poco menos de '10 para el cierre y cuando la impaciencia corría a la par del tiempo, Altobelli tendría la chance más clara de empate en su botín derecho, cuando tras el enésimo centro, esta vez pudiese deshacerse de su marca y darse vuelta, para en plena área chica y a escasos metros del arco, "reventar" el pecho del arquero Villete, que ya a esa altura, habría de erigirse en figura excluyente de la tarde.

Tras esa jugada, tan clara y a tan poco del final, a más de uno de los presentes, habría de ganarle la sensación que, si no hubo de ingresar esa pelota, difícil que hubiese otra de empate, de allí y hasta el final del cotejo. Percepción que resultaría acertada, máxime en el quinto minuto de descuento, y cuando todo el Gallo se hallase adelantado, el visitante se aprovechare de otra contra y ante una línea de dos en el fondo, Nahuel Peralta decorase la "chapa" definitiva con un dos a cero, sin dudas que exagerado, pero premio a la practicidad y contundencia de Deportivo Armenio.

Luego de una semana complicada, con huelga de jugadores incluida, los propios protagonistas locales no pudieron regalar ni "regalarse" una sonrisa, resignando de esta manera su invicto en el Nuevo Francisco Urbano.

Es que una tarde de domingo, en el Oeste, se nos agotó la suerte. Será tiempo, entonces, de comenzar a cimentar y justificar los venideros triunfos, en el rendimiento colectivo y el buen fútbol, en lugar de apostar a la fortuna y la "buena estrella".

Y encima, en la próxima, toca ser visitantes.


Gustavo Adrián Requelme.
@elgallogustavo.


                         Foto: gentileza, Osvaldo Abades (h).

sábado, 25 de abril de 2015

"La sangre no llegó hasta el río" (pero quedó en la orilla).

Finalmente la "sangre no llegó hasta el río" (aunque se quedó en la orilla) y este viernes 24 de abril, el plantel profesional del Deportivo Morón retomó los entrenamientos con normalidad, tras llegar a un acuerdo que, bastante lejos de convencer a los jugadores del Gallo, constituyera la única alternativa de pago disponible para la dirigencia y, en definitiva, y con mucha buena voluntad, la manera de zanjar una crisis que hacía tiempo no se vivía en el club, y que amenazaba con crispar la relación entre las partes.

En base a un 30 por ciento promedio, de febrero en efectivo (algo así como $ 250 mil), que en el caso de los sueldos más pequeños alcanzara al 50 por ciento del haber adeudado, y en aquellas remuneraciones más altas oscilara entre el 20 y el 30 por ciento del total a cubrir, sumado a la cancelación mediante cheques, posdatados a junio del corriente, para el remanente por cobrar, correspondiente a enero último (alrededor de $ 600 mil en valores), la calma regresó al Nuevo Francisco Urbano, para que el plantel del Deportivo Morón pudiese volver a pensar sólo en jugar al fútbol, y que en el futuro próximo, las promesas de pago se cumplimenten en tiempo y forma, de acuerdo a lo convenido, sin necesidad de repetir medidas de fuerza que desgastan y prolongan crisis en la relación de confianza entre futbolistas y dirigentes.

De regreso al fútbol y con el Deportivo Armenio en el horizonte cercano, más precisamente este domingo, desde las 16.05, en el Nuevo Francisco Urbano, con arbitraje de Germán Bermúdez y la televisación en vivo y en directo, tanto de TyC Sports como de "Pacífico TV Morón", a través de su canal de YouTube; para dicho cotejo, el técnico del Gallo, Blas Armando Giunta, repetirá el mismo once de arranque frente a Tristán Suárez, luego de recuperar a Ariel Otermín de una contractura, que acarrease desde la previa con el "Lechero", el último viernes, y que lo obligase a abandonar prematuramente el encuentro, a los '39 del primer tiempo.

En consecuencia, los titulares del Gallito que intentarán ganar dos partidos de manera consecutiva, por primera vez en el actual campeonato de la Primera "B", serán los siguientes: Sebastián Darío Peratta; Rodrigo Lemos Argañaraz, Nicolás Miguel Gásperi, Emiliano Jonathan Iván Mayola (capitán, y con cuatro amarillas), Ariel Otermín; Cristian Román Yassogna, Cristian Damián Lillo, Federico Domínguez, Lucas Sebastián Nanía; Gerardo Daniel Martínez; Víctor Leonel Altobelli.

Tras la "calma" del acuerdo ("pírrico", pero acuerdo al fin), ahora es momento de prolongar la racha en la "fortaleza" del Nuevo Francisco Urbano, para que una buena convocatoria de público acerque más dinero necesario, y una nueva victoria de local (la sexta, en siete partidos en el Oeste), afloje tensiones y regale una sonrisa, dentro y fuera del rectángulo de juego, al cabo de una de las semanas más complicadas en la "era Diego Spina" (en la sumatoria de sus dos mandatos), cada día que pasa con mayores dificultades y claroscuros en la gestión, repartido entre la presidencia del club, la tesorería de la Mesa de la Primera "B" en AFA, la jefatura de campaña del candidato a la intendencia por el oficialismo comunal y su novel designación como funcionario en el intervenido Hospital Alejandro Posadas.

"El que mucho abarca, poco aprieta"..., diría mi extinta y sabia abuela.


Gustavo Adrián Requelme.
@elgallogustavo.



                        Foto: gentileza, Osvaldo Abades (h).

jueves, 23 de abril de 2015

"Cuentas claras"..., ¿conservan la "amistad"?.

En la mañana de este jueves 23 de abril, el plantel profesional del Deportivo Morón se dio cita, fiel al uso y costumbre habituales, en el Nuevo Francisco Urbano, aunque en esta oportunidad y a diferencia de cualquier otra jornada de trabajo, no acudieron a vestuarios para cambiar sus ropas de calle por la indumentaria del club, puesto que tenían algo importante para comunicarles, primero al cuerpo técnico, y luego a los dirigentes presentes en el estadio: la decisión colegiada de no entrenar en la fecha, como método de protesta ante la abultada deuda que el club mantiene con los jugadores, y que en algunos casos, se sitúa alrededor de los tres meses de mora en el pago de haberes, en promedio (en algunos casos particulares se debe más y en otros un poco menos).

Al mismo tiempo, otro episodio que motorizara la medida de fuerza de los futbolistas del Gallo, estuvo dado por un hecho desgraciado, sufrido en las últimas horas por la hija de un integrante del plantel, quien debiera concurrir de urgencia hasta la guardia pediátrica de una clínica, para hacer atender a la nena por una fractura de clavícula, comprobando en el momento, la suspensión en las prestaciones, de la obra social de Agremiados, presumiblemente por falta del correspondiente pago. Ante ello, y la ausencia de respuestas efectivas, por parte de la dirigencia, ante el planteo de auxilio económico para afrontar los gastos médicos, es que el resto de los jugadores habrían de tomar como propio el mal momento sufrido por su compañero y su familia, reflejándose todos en un espejo indeseado pero factible, emergente de la grave e incómoda situación económica que vienen soportando como grupo, desde hace rato.

Más allá de un nuevo y lamentable intento de desmentida oficial, cuando la noticia comenzara a "derramarse" por la opinión pública del Deportivo Morón, haciendo hincapié sólo en la cantidad de meses adeudados (sin hacer una concreta mención, a la fecha exacta de cancelación de la misma), apelando una vez más al repetido y deplorable argumento de la descalificación de las fuentes informantes, por tratarse, siempre de acuerdo al comunicado oficial, de "versiones malintencionadas" (en verdad, la verdadera "mala intención", radica en otorgarle "intencionalidad política", a toda información fidedigna, aunque inconveniente para esta gestión).

Las mismas "versiones malintencionadas" que, en el pasado reciente, advirtieran del proyecto de cerramiento del "Bajo Capelli", con destino a un espacio "cultural" administrado por el grupo "Pinar de Rocha" y, más recientemente, el pedido de explicaciones oficiales ante la "demora" de cinco meses en el inicio formal de las obras, correspondientes a la segunda etapa del Nuevo Francisco Urbano. Lo que, en definitiva, pareciera venir a corroborar que, todas las "versiones malintencionadas" que suelen "cruzarse" con vehemencia (y hasta con cierto desdén y falta de respeto), desde el órgano difusorio oficial de la institución, siempre, y a pesar de las desmentidas iniciales, suelen cumplirse de manera inexorable.

En este sentido, y de la misma forma que se actúa con extrema celeridad, para desmentir y descalificar la labor profesional seria de los contados colegas independientes, dentro del politizado "Mundo Morón", resultaría dable esperar algún comunicado oficial similar, para explicitar la preocupante situación que, una vez más, afronta por estas horas el Predio de Pontevedra, en virtud de una deuda superior a los $ 200 mil en concepto de tasas municipales impagas; misma mora que, originada en 2008, y con amenaza cierta e inminente de remate, fuera anunciada oficialmente como "solucionada", hace sólo un par de años atrás, tras arribar a un acuerdo con la Municipalidad de Merlo, para su cancelación en tres cuotas de
$ 70 mil, de las cuales no se abonara ni una sola. Por fortuna, en esta oportunidad, un socio será el encargado de adelantar el dinero necesario para subsanar la nueva intimación, aporte que se le será restituido, con lo recaudado en la próxima fiesta de cumpleaños del club, el venidero 20 de junio, merced al trabajo de las Peñas y Filiales del club.

De regreso al conflicto con el plantel, este viernes los dirigentes ofertarán cancelar el porcentaje adeudado, correspondiente a enero del presente año, con dinero en efectivo, mientras que los haberes de febrero se intentarán abonar con cheques a 30 días. Más allá que el ofrecimiento seguramente no conformará a los profesionales del Gallo, muchos de los cuales hace rato que no "ven" un mes entero en billetes "violetas", se descuenta que los mismos mañana mismo volverán a entrenarse, y el sábado concentrarán, de cara al encuentro del próximo domingo, frente al Deportivo Armenio.

Mientras todo se sucede puertas adentro del Nuevo Francisco Urbano, el presidente de la institución, Diego Spina (sin licencia "formal", aunque "de hecho"), ya reviste funciones en el "Hospital Nacional Profesor Alejandro Posadas", acompañando (como director de Relaciones Institucionales) la gestión del novel interventor, Dr. Domingo Martín Latorraca, ex director del Hospital de Morón, designado por el Ejecutivo Nacional, en consulta con el Municipio de Morón, hace algo menos de una semana, en reemplazo del anterior director y presidente del Consejo de Administración, Dr. Donato Spaccavento.

Como "la única verdad es la realidad", lo concreto es que este jueves 23 de abril, en horas de la mañana, el plantel profesional del Deportivo Morón se negó a entrenar, como medio de queja ante el atraso en el pago de sus haberes, salvo en el caso particular del técnico del Gallo, Blas Armando Giunta, quien es el único "afortunado" que se halla al día en materia de sueldos.

Porque, "cuentas claras"...., ¿conservan la "amistad"? (¿o, más bien, generan "abismos" de inequidades?).

"Dios te salve, Morón"..., y tus verdaderos socios e hinchas (jamás los "infieles").



Gustavo Adrián Requelme.
@elgallogustavo.



                       Foto: gentileza, Leonela Albañir.

sábado, 18 de abril de 2015

Volvieron las obras al Nuevo Francisco Urbano... Enhorabuena, pero a no bajar los brazos.

El pasado jueves 16 del corriente y tras cinco meses de "parate" (consecuencia, al parecer, del "estudio de suelo" más prolongado de la historia de la construcción argentina), regresaron los obreros y los materiales de construcción al Nuevo Francisco Urbano, luego de las fotos de Osvaldo Abades (publicadas en este blog y reproducidas en las redes sociales) y la posterior presión mediática que lógicamente se generase en todo el "Mundo Morón".

Con plazo de finalización pautado para el próximo 31 de mayo, a dicha fecha, la constructora "Bautec" deberá completar la segunda etapa de la obra (pileta, vestuarios, sede social definitiva y locales comerciales), como así también, haberle dado efectiva solución a los 23 puntos en revisión, reclamados oportunamente por la Comisión Ad Hoc.

De lo contrario y desde el 1° de junio, la empresa deberá afrontar un resarcimiento económico y hacerse cargo de una multa diaria de tres mil dólares, por cada jornada de trabajo que exceda el plazo máximo de obra referido.

Veremos si los tiempos disponibles resultarán suficientes para la consecución exitosa de la segunda etapa de construcción, en los términos contractuales y legalmente previstos, y que no haya nadie que esté especulando, o lo haya hecho en el pasado reciente, con concederle una prórroga a la empresa encargada de la obra.

Porque, evidentemente, tanto a unos como a otros (empresa y dirigencia), resulta imprescindible realizarles una "marcación a presión", para que dicha obra concluya en su totalidad y en las condiciones y términos pautados, para la tranquilidad actual y futura de todos los socios e hinchas del Deportivo Morón.

Ya que, en definitiva, lo que aquí se halla en juego, es el destino de nuestra infraestructura definitiva y nuestro futuro como institución. Nada menos.


Gustavo Adrián Requelme.
@elgallogustavo.






                         Fotos: gentileza, Osvaldo Abades (h).

Morón: la agonía de cada semana.


Foto: gentileza, Osvaldo Abades (h).
En un partido de pocas luces, Morón logró vencer a Tristán Suárez 2x1 y continuó con su racha vencedora de local. Mayola resultó el salvador de un equipo que luce entenado y al son de Dios. En la próxima fecha recibirá a Armenio.

Dicen que la felicidad es un destino al que se llega de diversas maneras. Y pareciera que Morón –fiel a su historia- está destinado a chocar con la piedra del sufrimiento. La vida, a la par del fútbol, transita caminos imperfectos: da una vuelta en el aire y sigue su propia aventura. Y, por momentos, pareciera que está dispuesta a jugar a la ruleta rusa con Morón. Partidos de local con ráfagas de interés y finales infartantes, y otros de visitante en dónde son un via crucis eterno. En un partido ilógico la justicia le hizo un guiño a Morón.

La previa del partido le exigía a Morón una muestra de carácter que lo reconciliara de inmediato con la gente. Sus presentaciones fuera de casa crisparon a propios y ajenos, al punto de dejar a su DT en ridículo en cancha de Platense. En este fútbol ilógico, Giunta -de impronta conservadora- hizo saltar la banca: optó por la reaparición de Lemos y Gásperi, quienes parecían en el arcón de los recuerdos, y el ingreso de Nanía por Páez para lograr con URGENCIA tres puntos, con forma de oxígeno para un técnico muy resistido por planteos mezquinos y la disputa mediática con Akerman a finales del año pasado.  

Para Morón el inicio fue inmejorable: Mayola, capitán y sostén de ilusiones, capturó un balón en media cancha y su corajeada, previo paso por Yassogna, derivó en el gol de Domínguez. Jamás imaginó que Mauro Beltramella, golero visitante, le iba a permitir el gol más sencillo de su vida. Morón, sin quererlo, encontraba rápidamente el sol en su camino. Se sacó de encima una mochila muy pesada y eso se vio reflejado en el juego asociado, fluido hasta ¾ de cancha, sector en donde siempre chochó contra la férrea defensa visitante. Martínez tuvo en Domínguez y Yassogna intérpretes fidedignos para buscar el segundo gol. Sin embargo la realidad golpeó la puerta. Nanía regaló un pase en zona media, que derivó en un pelotazo y una soberbia definición de Farías. El corazón lloró sin haber visto el final de la película.

El segundo tiempo desnudó a Morón mejor que una mujer: lo encontró urgido, impreciso e impotente. Altobelli chocó una y mil veces ante los defensores, Martínez buscó incansablemente la jugada individual. El viento parecía rumbo a llevarse todo. Sin embargo… el momento clave llegó a los 21’ cuando Melián fue expulsado por doble amarilla. Allí Tristán Suárez le dijo adiós a cualquier posibilidad de llevarse algo. Morón empezó la búsqueda a ciegas, ya sea con insípidos remates al arco o con interminables centros destinados al olvido. Hasta Lillo, jugador muy criticado, resultó el obrero perfecto, equilibrista entre el impulso y las necesidades. Los minutos corrían y la impaciencia era una daga que a cada instante fulminaba las ilusas ilusiones nuestras.

Tanto fue el cántaro a la fuente que cumplió con su cometido. Lemos recordó sus buenos tiempos, lanzó un centro y Mayola lo transformó en gol, no sin antes pasar por la frágil aduana de Beltramella. Más que un gol fue un grito de esperanza. Morón, sin querer, pudo vencer a Morón. Por una –maldita- vez la película tuvo final feliz. El desafío ahora será animarse a modificar y transitar el camino correcto. El presente, por desgracia, está cargado de vicios. No le pidamos más a Morón. Aceptemos la realidad: Morón necesita de nuestros corazones. ¡Bienvenidos al sufrimiento!.

Por: Matías Colinas.

jueves, 16 de abril de 2015

Frente al "Lechero", con cuatro cambios, para volver a ganar en la "fortaleza".

Tras una nueva derrota de visitante, la tercera consecutiva, este Morón irregular que, cada quince días, se aleja cada vez más de la punta del campeonato y parece recortar drásticamente sus aspiraciones futura (de no comenzar a sumar en lo inmediato, fuera de casa), regresa al Nuevo Francisco Urbano, su "fortaleza" particular, para volver a hacerse fuerte y sumar de a tres, cuando este viernes desde las 17, reciba a Tristán Suárez, con el arbitraje de Yamil Possi y la televisación de "Pacífico TV Morón" (a través de su canal de YouTube), en el marco de la undécima fecha de la Primera "B".

Con cuatro modificaciones, respecto del once que proviene de caer en Vicente López, ante Platense, Blas Armando Giunta apostará al regreso de Sebastián Darío Peratta en el arco, en lugar de Carlos David Morel, vuelta que, sin embargo, no constituirá la única, puesto que en defensa, Rodrigo Lemos recuperará la titularidad en desmedro del juvenil Cristian Broggi, al igual que Nicolás Miguel Gásperi, quien retornará al primer equipo tras largo tiempo, relegando de este modo, a Gabriel Darío Díaz, de flojo rendimiento en las últimas fechas.

Asimismo, el cuarto y último cambio, dispuesto por el cuerpo técnico del Gallito, para recibir la visita de otro conjunto irregular, como lo es el "Lechero" de Pedro Damián Monzón, será el ingreso desde el inicio de Lucas Sebastián Nanía, en lugar de Jonathan Páez, presumiblemente para volver a desempeñarse por el carril izquierdo del mediocampo, pasando una vez más al círculo central, Federico Domínguez, para conformar el doble cinco con Cristian Damián Lillo, modificación habitual ante cada encuentro de local, que se repite justamente a la inversa, en la antesala de un nuevo cotejo de visitante.

En consecuencia, los titulares del Gallo que enfrentarán a Tristán Suárez, este viernes desde las 17, en otro día y horario inconveniente para buena parte del público de Morón, a excepción de los agentes municipales, serán: Sebastián Darío Peratta; Rodrigo Lemos Argañaraz, Nicolás Miguel Gásperi, Emiliano Jonathan Iván Mayola (cuatro amarillas), Ariel Otermín; Cristian Román Yassogna, Cristian Damián Lillo, Federico Domínguez, Lucas Sebastián Nanía; Gerardo Daniel Martínez; Víctor Leonel Altobelli.

Completan la lista de concentrados, uno de los cuales quedará afuera del banco de los suplentes: Carlos David Morel, Gabriel Darío Díaz, Cristian Broggi, Jorge Ferrero, Jonathan Páez, Adrián Maximiliano Peralta, Javier Emanuel Pérez y Diego Alfonso Barrios Suárez.

Por tres nuevos puntos en la "fortaleza" del Nuevo Francisco Urbano, en la antesala de una posibilidad inédita en la actual temporada: ganar dos partidos de manera consecutiva, teniendo en cuenta que, en la próxima jornada (la duodécima), enfrentará al Deportivo Armenio, también de local.

"Eramos tan pobres"...


Gustavo Adrián Requelme.
@elgallogustavo.



                        Foto: gentileza, Osvaldo Abades (h).

sábado, 11 de abril de 2015

El "Síndrome Blas Armando Giunta"...

La delgada línea que puede separar la convicción, de la necedad, suele estar dada exclusivamente por la justificación del necio. De allí, y hasta llegar a la contumacia (es decir, la repetición en el error), sólo es preciso recurrir a la obstinación, para justificar a través del tiempo, aquellas sinrazones que el necio disimula como un sistema de ideas, creencias y certezas, a pesar de las evidencias y los reveses incontrastables que genera la realidad.

Morón volvió a salir lejos de casa, y previsiblemente, a caer de visitante, esta vez por 2 a 1 frente a Platense, acrecentando un ya casi vergonzoso récord en dicha condición, de un solo punto sobre quince unidades posibles.

De igual modo, este Morón de Blas Armando Giunta, repitió los mismos "crímenes y pecados" que exhibe cada vez que el calendario lo obliga a jugar fuera del Nuevo Francisco Urbano, en otra muestra contundente de la inutilidad manifiesta y flagrante de un sistema táctico tan mezquino, como previsible para sus rivales e inconducente para los intereses propios.

De esta manera, Morón acumuló su cuarta derrota en tan sólo diez fechas, en lo que va del actual campeonato de la categoría, todas en condición de visitante (las últimas tres, de manera consecutivas), lo que invalida cualquier especulación o intención de hacerse "fuertes" de local, puesto que, en proyección y en el mejor de los escenarios futuros, cosechando sólo el cincuenta por ciento de los puntos disponibles, resultará imposible imaginarse con alguna chance cierta de pelear algo serio, más allá de las últimas posiciones de un hipotético reducido (en el cual también será necesario, al menos, jugar un encuentro fuera de casa).

Y es que el Gallo se ha transformado en un equipo absolutamente previsible, en lo táctico y desde lo previo, a partir de la reiteración estéril y compulsiva de un sistema de juego que, para este cuerpo técnico, parece más bien una ideología o un dogma absoluto e inmodificable, más por imperio de la necedad que de una auténtica convicción, desestimada cada quince días, ante la reiteración abrumadora de resultados adversos.

Otra vez este Morón, y ya no es noticia, volvió a apelar a una rigidez sistémica que, con algunas variaciones nominales ocasionales, jamás varía en esencia, ante el amarretismo exacerbado y la falta de vocación y decisión que parte invariablemente desde el vestuario.

Con el 4-4-1-1 de costumbre, la intención de robustecer el mediocampo con el ingreso de Jonathan Páez, y la orfandad conocida de Leonel Altobelli como única alternativa ofensiva, el Gallo volvió a salir a "ver qué pasaba" con el partido y su rival de turno, pretención que habría de perdurarle por menos de quince minutos, hasta en que la primera búsqueda profunda el local consiguiera la apertura y, consecuentemente, se le volvieran a "quemar los papeles", a un Blas Giunta, cuyos caprichos y empecinamientos tácticos le están costando demasiado caros a este Morón impotente fuera del Oeste.

Con el 0-1 abajo, y las búsquedas recortadas a una patriada de Altobelli o un acierto de pelota parada de Gerardo Martínez, el entrenador del Gallo daría renovadas muestras de su desorientación de costumbre, cuando a los '39 del primer tiempo dispusiera el ingreso de Lucas Nanía en lugar de Federico Domínguez, a quien, también previsible desde la previa, volvería a desaprovechar en sus condiciones técnicas y sus capacidades para generar juego asociado, siempre y cuando decida hacerlo partir desde el medio, y no obligándolo a "hacer una banda" que no siente y que, ha quedado demostrado, lo limita y restringe en sus verdaderas potencialidades.

Fiel a su estilo de extrema cautela, aún en desventaja, el cambio debería haber sido un delantero, con Javier Pérez y Diego Barrios Suárez en el banco, y seguramente por alguno de los dos "cinco" de marca (Cristian Lillo y el mencionado Páez), puesto que con Nanía en cancha y por sus condiciones naturales de enganche, el Gallo regalaría la banda izquierda (por la que, cuanto menos, Domínguez aseguraba marca) y, al mismo tiempo, no variaría en absoluto la soledad ofensiva de Altobelli, dado que ni Gerardo ni el propio Nanía, habrían de ir lo suficientemente "arriba", como para acompañar al "Llanero Solitario" de la visita.

Ya en el segundo tiempo, y a pesar de la sana intención colectiva de arribar al empate, a partir de una mayor presión en el medio, aunque carente de claridad y, fundamentalmente, de profundidad en los últimos metros, Giunta demoraría '57 en decidirse a incluir en cancha a otro punta, con el ingreso de Javier Pérez en reemplazo de Cristian Broggi, variante que obligaría a retroceder aún más, prácticamente hasta la posición de lateral derecho, a un Cristian Yassogna que toda su vida se desempeñó como delantero, y hoy por hoy, con este cuerpo técnico, en cualquier momento termina jugando de arquero.

Sobre los '25 del complemento y por la banda izquierda que obligadamente, abandonara de manera prematura Federico Domínguez, Leonardo Morales ensayaría una conexión entre ex compañeros en Villa San Carlos, para tomar adelantada a toda la última línea visitante y, con una gran habilitación, permitir otra buena definición de Pablo Miranda, para el 2 a 0 de Platense, en su primera incursión ofensiva seria en los segundos '45.

El descuento de Leonel Altobelli (el quinto tanto en la temporada), diez minutos más tarde, tras un centro largo, la habilitación de cabeza de Diego Barrios Suárez (en cancha desde los '27, en lugar de un Páez que transitaba al límite de la doble amarilla), y una definición solitaria y contundente, fiel a su estilo, tras deshacerse en el área chica de tres defensores y rematar cruzado al gol, generaría al igual que en otros encuentros de visitante, la falsa sensación de hallarse "en partido" y a tiro de un empate, por el que jamás hizo suficientes méritos, más allá de la actitud, la voluntad y la vergüenza deportiva de algunos.

Sin otra llegada de peligro, sobre el arco de Ezequiel Mastrolía, como para robustecer las ganas e intenciones de alcanzar el empate "heroico", el pitazo final de Ignacio Lupani castigaría una vez más, la intrascendencia y mezquindad de este equipo fuera de casa, temores repetidos y transmitidos como dogma desde el vestuario, por un cuerpo técnico que volvería a dar "espectáculo", con otra expulsión por reclamar desmesuradamente una infracción no cobrada, aunque con un desenlace atenuado, respecto del "sainete" exhibido en ese mismo estadio, meses atrás, en otra dura derrota de visitante, aquella vez frente a Acassuso.

Es que este Morón previsible, de sistemas tácticos presumibles e idénticos fracasos lejos del Nuevo Francisco Urbano, caería derrotado sin atenuantes, por cuarta vez en diez partidos, acumulando una marca desastrosa de un solo punto de visita, sobre quince unidades posibles.

Y es que, en definitiva, lo que suele dividir esa delgada línea entre la convicción verdadera y la simple necedad, no es otra cosa que la justificación, precisamente del necio.

Lo que en Morón, por estos días, ya empieza a conocerse con nombre y apellido: el "Síndrome Blas Armando Giunta", de "miedo fóbico" lejos de casa.

Tendremos cura, Gallito?...


Gustavo Adrián Requelme.
@elgallogustavo.


 
                       Foto: gentileza, Osvaldo Abades (h).

viernes, 10 de abril de 2015

"Cazuela de Calamares", una buena opción para el mediodía de sábado del Gallito.

Luego del trabajoso triunfo frente a Villa San Carlos, en una de las producciones colectivas más flojas, dentro del inexpugnable reducto del Nuevo Francisco Urbano, el Gallo vuelve a salir fronteras afuera, con la intención de afrontar con éxito y saldar su mayor cuenta pendiente en la temporada: ganar de visitante.

En el "Estadio Ciudad de Vicente López", terreno históricamente adverso para el Gallo, el equipo de Blas Armando Giunta visitará a un Platense que llega golpeado, pero que siempre resulta un rival esquivo y complicado, verdadero "karma" que este irregular Deportivo Morón intentará revertir con un triunfo, como ocurriese la última vez que se enfrentaran en ese escenario, cuando se enfrenten este sábado desde las 13.05, con televisación en vivo de TyC Sports y de los Amigallos de "Pacífico TV Morón", a través de su canal de YouTube, con el arbitraje de Ignacio Lupani, en el marco de la 10° fecha del campeonato de la Primera "B", temporada 2015.

Con una sola modificación, respecto del once de inicio ante "La Villa", hace exactamente una semana, el Gallito intentará dotar de mayor marca al mediocampo, con el ingreso de Jonathan Páez en lugar de Lucas Nanía, para desempeñarse como "doble cinco", junto a Cristian Lillo, desplazándolo hacia la izquierda a Federico Domínguez, sector por el que jugase, la fecha pasada, el sustituído Nanía.

Asimismo, el Gallo de Blas Giunta seguirá apostando al buen momento de algunos de sus hombres, como Leonel Altobelli y Gerardo Martínez, acompañados por un medio "combativo" en el círculo central, y de mejor pie y mayor tenencia del balón por los extremos, con Federico Domínguez por izquierda, y Cristian Yassogna sobre la derecha; aguardando por un mejor nivel colectivo en defensa, más allá del siempre sólido Emiliano Mayola y la grata sorpresa de Cristian Broggi, hasta desembocar en una buena presentación de Carlos Morel quien, sin descollar ni mucho menos, se ha mostrado más seguro y levantado considerablemente su nivel, fundamentalmente, frente a Defensores y San Carlos.

En consecuencia, los titulares del Deportivo Morón que intentarán volverse al Oeste, por primera vez con los tres puntos, en lo que va del actual campeonato de la Primera "B", serán: Carlos David Morel; Cristian Broggi, Gabriel Darío Díaz, Emiliano Jonathan Iván Mayola (cuatro amarillas), Ariel Otermín; Cristian Román Yassogna, Jonathan Páez, Cristian Damián Lillo, Federico Domínguez; Gerardo Daniel Martínez; Víctor Leonel Altobelli.

Completan la lista de concentrados, uno de los cuales quedará marginado del banco de los suplentes: Federico Rojas, Maximiliano Jerez, Nicolás Miguel Gásperi, Jorge Ferrero, Adrián Maximiliano Peralta, Lucas Sebastián Nanía, Javier Emanuel Pérez y Diego Alfonso Barrios Suárez.

Por el primer triunfo fuera de casa, nada menos que frente a Platense, para torcer la historia en Vicente López, y la irregularidad de visitante.

Y porque una buena "cazuela de Calamares", resulta un provocativo y apetitoso menú para un sábado al mediodía.

Buen provecho, Gallito!!.



Gustavo Adrián Requelme.
@elgallogustavo.



                       Foto: gentileza, Osvaldo Abades (h).

martes, 7 de abril de 2015

Mientras pasa el tiempo y crecen los "yuyos", las obras de la segunda etapa se hallan paralizadas y sin explicaciones.

La segunda etapa de la obra, correspondiente al traslado del estadio, cuenta con una fecha estipulada de finalización, pautada oportunamente para fines de mayo del corriente. Sin embargo, a poco menos de dos meses para el cumplimiento del plazo contractual previsto, las tareas de construcción se hallan virtualmente paralizadas, luego que la Comisión Ad Hoc detectara una nueva y larga serie de incumplimientos de obra, algunos de ellos de sustantiva importancia (como la sustitución de techos de losa, por estructuras de chapa, lo que impediría a futuro, el crecimiento "hacia arriba"), a partir de cuyo legítimo reclamo, las mismas ingresaran en un peligroso stand by, tal como lo reflejan las imágenes, tomadas el pasado 1 de abril.

Si bien es verdad que, por cada día de incumplimiento, una vez vencido el plazo máximo para la finalización de cada etapa, el grupo constructor deberá abonarle a la institución una importante multa en dólares, en calidad de resarcimiento, no resulta menos cierto que la desidia y el grado de morosidad evidenciados por la empresa encargada de las obras, comienzan a inquietar y preocupar, más teniendo en cuenta la existencia aún de una tercera etapa, abandono que contrasta con la rapidez con que se trabaja en erigir las bases del polo urbano y comercial, a edificarse en las 2.5 hectáreas del viejo y entrañable Francisco Urbano.

Mientras el tiempo pasa, y los pastos crecen, las obras brillan por su ausencia, al igual que las necesarias explicaciones oficiales al respecto.








                              Fotos: gentileza, Osvaldo Abades (h).

viernes, 3 de abril de 2015

Tres puntos ante San Carlos, y a enfrentar la "asignatura pendiente" de visitante.

Tras la tercera salida consecutiva con derrota, más allá del Oeste, el Gallo regresaba a su estadio con la necesidad imperiosa de sumar de a tres, en un Nuevo Francisco Urbano que se ha consolidado como una verdadera "fortaleza", y donde ha obtenido todos sus triunfos a la fecha, así como sus mejores producciones.

En un cotejo de viernes santo al mediodía, bajo un calor agobiante y un sol abrasador, el equipo de Blas Giunta tenía la chance cierta de regalarse una buena sonrisa, máxime teniendo enfrente a un débil Villa San Carlos, que llegaba a la casa del Gallito como el último del campeonato, además de sumar una seguidilla negativa de cinco derrotas en fila.

Con su habitual esquema de 4-4-1-1, y el regreso de Gerardo Martínez, tras purgar las dos jornadas de suspensión, al Deportivo Morón le quedaría muy en claro de entrada, que la visita llegaba para oponerle un sistema ultraconservador de 4-5-1, con diez de sus jugadores en terreno propio y una actitud decididamente expectante, lo cual podría complicar las búsquedas ofensivas del local.

Sin embargo, y cuando aún no había pasado absolutamente nada en el desarrollo del juego, el Gallo vería solucionado su primer escollo, a partir de la rápida e inesperada apertura del marcador: a los '6, y tras una falta en perjuicio de Lucas Nanía, sobre el vértice izquierdo del área visitante, el retornado Gerardo Martínez clavaría un tiro libre precioso, a media altura, sobre el poste zurdo de un Sergio Matinella, arquero de la "Villa", que sólo habría de arrojarse para disfrutar de más cerca, la notable factura del cuarto gol en la temporada, del talentoso enganche del Deportivo Morón.

Así las cosas, con la ventaja parcial en el "bolsillo", a poco de iniciado el encuentro, el Gallo habría de trasladarle rápidamente las mayores obligaciones, a un Villa San Carlos que veía cómo se le "quemaban los papeles" tácticos, en tan sólo seis minutos, lo que preveía, por lo menos por entonces, la posibilidad de una tarde (por fin) tranquila, con todo lo que eso significa para este irregular equipo de Blas Giunta.

Dentro de un primer tiempo aburrido y decididamente mal jugado por ambos, si es que había chances de hacerlo mejor en ese horario inaudito y bajo ese calor insoportable, el local contaría con la posibilidad de ampliar la ventana, ante otra corrida exitosa de Leonel Altobelli, luego mal definida ante el achique presuroso de Matinella. En contrapartida, los de Berisso también sumarían una esporádica chance de empate, luego de un doble cabezazo en el área del Gallo que, vuelto a sufrir en los envíos aéreos, pudo ser controlado con acierto por Carlos Morel.

Ya en el entretiempo, pudo vislumbrarse claramente, la intención del cuerpo técnico de Morón, de introducir una variante para el comienzo del complemento, a partir de los movimientos precompetitivos encarados por Jonathan Páez. Puestos a vaticinar el cambio en ciernes, varios de los presentes intuyeron la salida de Lucas Nanía, quien jamás hubo de hallar se ubicación en el campo de juego, y reiterando la liviandad que exhibiera frente a Defensores de Belgrano, el último sábado.

Pese a las estimaciones, quien habría de quedarse en los vestuarios sería Federico Domínguez, de regulares primeros '45, al igual que el resto de sus compañeros, en una modificación cuestionable, por no decir errática, máxime a partir de los acontecimientos que habrían de registrarse, fundamentalmente, a falta de quince minutos para el cierre del partido.

Con una actitud más decidida y el adelantamiento de sus líneas, por imperio lógico de la desventaja, y a pesar de las innumerables limitaciones de la peor versión de Villa San Carlos, que objetivamente hayamos visto desde su ascenso a la "B" Metro, resultaba bastante sencillo aventurar que, cuando Morón se lo propusiera y afinara la mira, en alguna contra encabezada por Altobelli o Gerardo Martínez (nuevamente, los valores más destacados de la tórrida tarde), el local acertaría el segundo y bajaría las persianas de una victoria merecida, más allá de lo pobre del partido y la floja producción colectiva del equipo.

Y tal cual lo imaginado, sobre los '14 del segundo tiempo, una gran jugada individual de Leonel Altobelli, interrumpida con infracción sobre el "Llanero Solitario" del Gallito, no impediría la justa apertura con destino al incansable Cristian Yassogna, quien ingresando a toda marcha por la banda derecha, habría de ensayar un remate fuerte y rasante ante la salida del arquero visitante, cuyo rebote en su cuerpo no lograría evitar el segundo, en un gol con "suspenso" (el cuarto en su cuenta, en la presente temporada), para el delirio del numeroso público asistente.

Con el 2-0 consumado, y treinta minutos por delante, todo hacía presagiar la concreción de algún tanto más o, cuanto menos, la posibilidad de vivir una tarde tranquila, con el aliciente extra de finalizar con el arco propio en cero, por primera vez en el campeonato.

Pero como el término "tranquilidad" no existe dentro del diccionario futbolístico del Deportivo Morón, a los '20 del complemento y luego de perder las marcas en el medio, en la primera aproximación seria de San Carlos, la visita se toparía con un insospechado descuento, a partir de un dudoso penal sancionado por Martín Gonaldi, tal vez justificado, desde lo óptico, por la imprudencia al salir de Carlos Morel, en el intento por abortar una llegada franca de Kevin Hoyos, delantero centro rival, que parecía tener más destino de pelota perdida, que remate al arco con peligro.

Con el descuento de Santiago Sommariva, desde los doce pasos, y con '25 por delante, volverían a hacerse presente por el Oeste, los mismo y conocidos "fantasmas" de otras jornadas, aún con triunfos, como ante Almirante y más recientemente, frente a Barracas Central.

Para colmo y, a nuestro humilde juicio, en el segundo desacierto táctico devenido desde el banco, Giunta decidiría darle minutos a un delantero incisivo y de refresco como Javier Pérez (hasta allí, sin reproche alguno), pero haciéndolo ingresar en lugar de Gerardo Martínez, con lo cual, a falta de '15 para el epílogo del cotejo, el Deportivo Morón se quedaría sin sus dos intérpretes mas aptos, para "aguantar" y defender el resultado, a partir del control y la tenencia del balón: el mismo Gerardo, sumado a Federico Domínguez, reemplazado en el entretiempo.

Por eso, no sería de extrañar que este pobre, pero muy pobre San Carlos, fuese capaz la alterar la efímera calma que transuntara el Nuevo Francisco Urbano, hasta los '30 del segundo tiempo, llegando a comprometer una tranquila victoria del Gallo, hasta ese momento, a pesar de la inobjetable "humildad de conjunto" de la visita.

Un Villa San Carlos que, a los '42 del complemento, hasta tendría la chance de soñar con la posibilidad de un empate inmerecido, cuando tras un córner y un nuevo cabezazo ofensivo en el área del Gallito, Carlos Morel llegara a desviar el balón con sus uñas, para que éste rebotase en el travesaño y, en la jugada siguiente, fuese rechazo en la línea por Cristian Yassogna.

Luego del susto postrero, y con el final del encuentro, el Gallo se alzaría con un triunfo merecido, ante el rival más flojo de los enfrentados hasta el momento (y tal vez del campeonato), en una tarde que habría de dejar muy poco para el destaque, fuera de los tres puntos, nuevamente en la "fortaleza" del Oeste.

Sin embargo, lo más complicado se avecina en el horizonte cercano: salir a jugar lejos del Nuevo Francisco Urbano, ante Platense, en Vicente López, y comenzar a sumar de visitante.

De lo cual ya es tiempo, si se pretende ser seriamente protagonistas del campeonato. Ojalá se apueste a menos "ataduras" tácticas, y a mayores (y mejores) argumentos futbolísticos.

He aquí la gran "asignatura pendiente" y el desafío interno.


Gustavo Adrián Requelme.
@elgallogustavo.



                       Foto: Osvaldo Abades (h).

Las imágenes de un caluroso viernes santo, con alegría ante la "Villa".