domingo, 29 de marzo de 2015

También vale ganar de visitante...

Deportivo Morón perdió su tercer partido consecutivo de visitante, por la mínima, frente a Defensores de Belgrano (condición en la que registra un paupérrimo récord, de un punto sobre doce, producto del agónico empate ante la mediocre UAI Urquiza, en la segunda fecha), confirmando una vez más y por desgracia, los mismos repetidos síntomas que exhibe cada vez que debe por calendario, alejarse del Nuevo Francisco Urbano: una intrascendencia, una liviandad y un amarretismo exacerbado, que sin restarle responsabilidad a los protagonistas dentro del rectángulo de juego, mucho tiene que ver con la obsesión táctica de un sistema que, lejos de consolidarnos en defensa, neutraliza las potencialidades ofensivas demostradas de local.

En efecto, este Morón de Blas Giunta volvió a resignar el protagonismo durante '75, limitándose y contentándose con controlar a un limitado Defensores, que recurre sistemáticamente a la pelota parada, como su principal argumento de ataque, a sabiendas de la generosa altura de sus zagueros centrales (Luciano Goux y Miguel Barbieri), así como de su referencia de área, Lucas Buono, y al mismo tiempo, del usufructuo histórico de las diminutas dimensiones del "Juan Pasquale", que permiten llegar con peligrosidad hasta el propio área grande visitante, desde un saque de arco del mismísimo golero local, el "inoxidable" Albano Anconetani.

Y en este punto, debemos admitir que el Gallo sería efectivo en ese aspecto defensivo, durante el tiempo referido, hasta que sobre los '29 del complemento, y tras un tiro de esquina desde la derecha, el "seis" del "Dragón", el joven Miguel Barbieri, se elevara más que toda la última línea visitante, para con un preciso cabezazo bombeado superar la estirada de Carlos Morel (esta vez, de buen partido y aventando varias dudas), desmoronando en un minuto todas las previsiones preexistentes y, en conclusión, sentenciando en los hechos la suerte de un Morón que, en rigor de verdad, ya estaba echada desde el minuto cero, al igual que cada vez que le toca jugar lejos de casa.

Y es que sólo desde ese preciso instante, a partir del gol del triunfo de Defensores de Belgrano, este Gallo apocado, amarrete y temeroso de Giunta, debería abandonar su cautela exacerbada, para en los últimos quince minutos del encuentro, salir a buscar por OBLIGACION e imperio del resultado adverso, aquello que había concedido y resignado perseguir por DECISION y CONVICCION propias, en los anteriores '75 de juego.

Sin cuota alguna de fútbol, por una versión de Lucas Nanía tan liviana en lo individual, como reflejo de un pálido rendimiento colectivo, y con un Federico Domínguez acotado en lo táctico y más preocupado en marcar las subidas de Fernando Enrique, que en generar el desequilibrio ofensivo que ha demostrado ser capaz de provocar -siempre y cuando parta desde el medio, como doble cinco, y no desde el erróneo cambio de "apretarlo" contra la banda izquierda-, el "Llanero Solitario" Leonel Altobelli se hallaría más sólo que nunca (o que el desaparecido David Carradine, en su interpretación de "Kung Fu"), arreglándoselas, pese a ello y fiel a su generosa costumbre, para desnivelar un par de veces en el primer tiempo (ambas mal definidas por Nanía) y hasta producir una gran media vuelta, cuyo remate posterior se iría muy cerca del poste izquierdo de Anconetani.

Hasta allí se contabilizaría lo mejor (y único) de Morón en esos primeros '45, que en definitiva, y eso es lo más preocupante, resultarían las tres aproximaciones con peligro, generadas a lo largo de todo el partido en el Bajo Núñez, puesto que el Gallo no volvería a pisar el área de Anconetani en el segundo tiempo.

Y es que en el complemento, a caballo de esa falta sensación de control y seguridad que suele muchas veces acompañar al equipo, en varios pasajes de otros tantos partidos, el Deportivo Morón resignaría por completo el protagonismo del cotejo, ante un Defensores que de tanto insistir, sin ideas ni claridad, pero insistir al fin, hallaría su premio de la única forma en que podía imaginar el desequilibrio: pelota parada, centro y cabezazo goleador.

Y si el desnivel definitivo, a falta de quince para el cierre del encuentro, podría justificarse sólo en la búsqueda del local, en ese segundo tiempo, de igual modo debería tomarse como un "castigo" a la cautela desmedida de un Morón, que volvería a hacer de la mezquindad un sistema y hasta un emblema, resignándose una vez más, en suelo ajeno, a convertirse en partenaire de equipos sin relieve ni calidad individual o colectiva, pero que en definitiva, terminan imponiéndose por convicción, insistencia y la colaboración inestimable de alguna desatención defensiva.

Porque, si algún marcador le hubiese sentado mejor y con mayor justicia a tan pobre partido, seguramente hubiera sido el cero a cero, que además de "chapa" final y resultado, habría calificado la mediocridad de ambos equipos, en 90 minutos para un rápido, piadoso y saludable olvido.

Quizá, sea ya tiempo que el cuerpo técnico del Deportivo Morón, advierta que para ser protagonistas del campeonato, resulta menester previo e imprescindible, el procurar ser protagonistas de todos los partidos, de principio a fin, y en todas las canchas.

Aunque, para que ello finalmente ocurra, debería operarse un cambio profundo de mentalidad y actitud que, sin lugar a dudas, tendrá que partir fundamentalmente desde el banco de los suplentes.

Porque, en definitiva, habrá que entender (y convencerse) que también vale ganar de visitante.



Gustavo Adrián Requelme.
@elgallogustavo.


                      Foto de archivo: Prensa, Deportivo Morón.

viernes, 27 de marzo de 2015

A la casa del "Dragón", con un solo cambio, por el primer triunfo de visitante.

Y este Morón goleador, y de alta efectividad de local, intentará comenzar a "pagar" sus dos grandes deudas a la fecha, cuando este sábado desde las 20.30, visite a Defensores del Belgrano en el "Juan Pascuale", con televisación en vivo de TyC Sports y el arbitraje de Pablo Giménez: sumar de a tres, fuera de casa y mantener su arco en cero.

Luego del triunfo frente a un difícil Barracas Central, en un cotejo que el Gallo ganaba merecida y tranquilamente, hasta que irrumpieron las dudas defensivas de siempre y el suspenso en el resultado perduró hasta el final del encuentro, el equipo de Blas Giunta se topará con un "Dragón" que marcha segundo en la tabla, como único escolta de Brown de Adrogué, y que bajo la dirección técnica de Rodolfo Della Picca, mantiene la base que jugase la temporada pasada en la Primera "C", tras aquél descenso polémico y envuelto en dudas y denuncias, que implicara también al Deportivo Morón y Villa Dálmine, lo que seguramente le otorga un matiz especial entre los simpatizantes del Bajo Nuñez.

En el caso del Gallito, los titulares de Blas Giunta registrarán un solo cambio, respecto del once de inicio frente a Barracas Central, a partir de la inclusión desde el arranque de Jonathan Páez, en lugar de Adrián Peralta, de muy flojo rendimiento desde su aparición en el primer equipo del Gallo.

De este modo, y con la inclusión de Páez, para acompañar en el doble cinco a Cristian Lillo, Federico Domínguez volverá a ocupar el carril izquierdo del mediocampo, completándose con el regreso de Cristian Yassogna a su ya habitual puesto de volante por derecha, para jugar nuevamente con un solo delantero definido, como Leonel Altobelli, y un media punta o enganche un poco más adelantado, tal el caso de Lucas Nanía, a la inversa de lo que ocurrirse el último fin de semana, con Yassogna de segundo punta y Nanía de externo por derecha.

En consecuencia, los once del Gallo que enfrentarán a Defensores del Belgrano, en el "Estadio Juan Pascuale", este sábado a partir de las 20.30, con TV en vivo y el arbitraje de Pablo Giménez, por la octava fecha del campeonato de Primera "B", temporada 2015, serán: Carlos David Morel; Cristian Broggi, Gabriel Darío Díaz, Emiliano Jonathan Iván Mayola, Ariel Otermín; Cristian Román Yassogna, Cristian Damián Lillo, Jonathan Páez, Federico Domínguez; Lucas Sebastián Nanía; Víctor Leonel Altobelli.

Completan el listado de concentrados, uno de los cuales quedará marginado del banco de los suplentes: Federico Rojas, Rodrigo Lemos Argañaraz, Maximiliano Jerez, Jorge Ferrero, Adrián Maximiliano Peralta, Imanol Varela, Javier Emanuel Pérez y Cristian Omar Díaz.

Por el primer triunfo fuera de casa, en procura de arrimarse al "calor" de punta del torneo, sin por ello y en su búsqueda, "chamuscarse" con el aliento ígneo del "Dragón" del Bajo Nuñez.


Gustavo Adrián Requelme.
@elgallogustavo.



                        Foto: Prensa, Deportivo Morón.

sábado, 21 de marzo de 2015

Imágenes de otro triunfo con "suspenso".






















Con la habitual e innecesaria cuota de sufrimiento.

Que este Morón de Blas Armando Giunta, "modelo" 2015, se complica "solito y solo", ya no es noticia, en virtud de una irregularidad manifiesta, que aún dentro de los distintos momentos de un mismo partido, lo han llevado a rendimientos importantes y, como contrapartida, a bajones tan pronunciados como llamativos.

Y el encuentro frente a Barracas Central no podía resultar la excepción, por más que faltando '20 para el final del partido, este Gallo ciclotímico se hallara venciendo con claridad en el desarrollo y el resultado (3-0), a un "Camionero" que con un hombre de menos, poco parecía oponer para preocupar en una tarde "tranquila", sólo en apariencia.

Sin embargo, y de los '30 en adelante, las desconcentraciones en la última línea y un flojo relevo entre los volantes, habrían de acercar innecesariamente a la visita (2-3), a la posibilidad de un empate que hubiese constituido una injusticia por lo exhibido durante los '90, y al mismo tiempo, una "cachetada" reveladora para un Morón que, por momentos, parece abusar de su suerte y confiarse en sus buenos momentos y su capacidad ofensiva, fundamentalmente, a partir de un Leonel Altobelli que está imparable y en un nivel altísimo.

De entrada, ninguno de los dos habría de hacerse fuerte con la pelota o "lastimar" en ataque, más preocupados ambos conjuntos en controlar a las individualidades de su rival, que comprometidos en potenciar el juego propio para intentar acercar peligro al arco contrario.

Aún así, y con el correr de los minutos iniciales, sería el Gallo quien haría mayor pie en un mediocampo superpoblado, apostando a la "pimienta" de un Altobelli intratable, bien secundado por Cristian Yassogna, en esta oportunidad más de punta, y el ingreso de un Lucas Nanía que se mostraría siempre solo por derecha, no siempre bien abastecido como para sacar provecho de sus libertades ofensivas.

En el medio, y en ausencia de Gerardo Martínez, las responsabilidades creativas recaerían en Federico Domínguez, quien frente al "Camionero" alternaría buenas y malas, con el despliegue y el buen pie de siempre, aunque impreciso para el pase profundo. A su lado, Cristian Lillo, fiel a su estilo, asomaría solidario y participativo, aunque siempre con la premisa de priorizar el relevo defensivo, a la proyección en ataque. Sobre la izquierda, Adrián Peralta volvería a ofrecer una floja tarea individual, más allá de su voluntad y ganas innegables, puesto que repetiría una actuación demasiado liviana, sin lograr nunca desbordar y "correr la banda", tal lo que se espera de un volante externo.

Sobre los '24 de la etapa inicial y tras un tiro de esquina, Ariel Otermín habría de ganar en el área contraria, y cuando el balón había superado al arquero visitante, Elías Gomez y se dirigía con destino a la apertura del marcador, Roberto Floris habría de evitar el gol, valiéndose para ello de un puñetazo anti-reglamentario. Expulsión para el defensor de Barracas y penal bien sancionado por Lucas Di Bastiano, que en ausencia de Damián Toledo y Gerardo Martínez, sería Leonel Altobelli el encargado de patearlo, fuerte y esquinado a la derecha del arquero, que eligiría el palo contrario. Uno a cero y con un hombre de más, la tarde comenzaba a despejarse para los de Giunta.

De allí y hasta el final de la etapa, Morón podría haberse ido al descanso con algún gol más, puesto que la prototípica línea de tres en el fondo, del "Camionero" del "Gato" Daniele, ofrecía licencias para atacarla por los costados, pero ninguna de las contras generadas por el Gallo habría de finalizar de manera acertada.

Hasta ese momento, la incógnita de Carlos Morel, debutante absoluto en el arco del Deportivo Morón, venía aprobando con cierta solvencia su "bautismo de fuego", claro que en esa primera etapa no había sido exigido lo suficiente, como para establecer cualquier juicio determinante.

En el complemento, la visita, obligada a buscar el empate, aún con un hombre menos, habría de apelar a la pelota parada y los centros, para intentar preocupar a los defensores del Gallo que, hasta ese momento y con diferentes rendimientos, se mostraba bastante sólida para contener a dos "tanques", como Víctor Piriz Alvez y Abel Soriano, con una sobria y acertada presentación de Cristian Broggi y la seguridad habitual de Emiliano Mayola, más allá de las dudas en la marca que exhibían Gabriel Díaz y Ariel Otermín, que luego habrían de potenciarse con el transcurso del segundo tiempo.

En uno de los primeros ataques profundos del local, en los segundos '45, un centro al área chica desde la derecha, enviado por Lucas Nanía, encontraría el impensado desvío al gol de Eduardo Tallarico, para que el Gallo pasara a ganar dos a cero, a los '9 del complemento.

Con el 0-2 a cuestas y el hombre de menos, el "viejo lobo" de Daniele introduciría un cambio en la visita, que resultaría gravitante en los últimos '15 de partido, cuando de la calma volveríamos a caminar por la "cornisa": ingresaría el "Pipa" Raúl Estévez en reemplazo de Piriz Alvez.

Y si la falsa sensación de "partido terminado" sobrevolaba la fresca tarde de sábado del Nuevo Francisco Urbano, ni qué hablar cuando sobre los '17, Leonel Altobelli (demás está decir, que la figura excluyente de la cancha) sacaría "a pasear" una vez más a su marcador de turno, para luego de dejarlo desairado encarar con velocidad y decisión sobre el arco visitante, para regalar una gran definición, de cabeza y sobre la humanidad de Elías Gomez, para anotar el tercero y presagiar la posibilidad de una tarde al fin tranquila, con poco más de '25 por delante.

No obstante, para este Morón de Blas Giunta que tiene por costumbre complicarse "solito y solo", el primer descuento de la visita, obra de Abel Soriano, desnudaría el concierto de falencias y errores defensivos repetidos, que habría de constituir la constante de ataque y desequilibrio de Barracas, de allí y hasta el final de partido: Raúl Estévez que, ya recostado sobre la izquierda de la defensa del Gallo, le ganaría la espalda a Federico Domínguez y superaría con facilidad a Ariel Otermín, para ensayar un centro atrás con tantas libertades para los delanteros rivales que, en algún momento, a más de uno se le ocurriría la posibilidad que la jugada estuviese invalidada.

Lejos de eso, el descuento del "mellizo" Soriano, a los '30 del segundo tiempo, pondría nervioso a prácticamente todo el equipo, que comenzaría a replegarse inexplicablemente y encima a perder las marcas y ni hablar de los anticipos. Y esa sensación de inseguridad que comenzaba a apoderarse del once dentro de la cancha, y se trasladaba lentamente a sus hinchas, con el correr de los minutos, se potenciaría exponencialmente cuando, en el primer remate franco al arco y, en definitiva, la primera exigencia seria al golero debutante del Gallito (en el 1-3 no tuvo nada que hacer), Carlos Morel exhibiría una resistencia tan floja, que la pelota habría de vencerle las manos y, providencialmente, impactar en su palo izquierdo, en una jugada tan afortunada como decisiva para el cierre del encuentro.

Con alguna chance para ampliar otra vez el marcador, porque en evidencia, con este Morón jamás se puede hablar de "definir" el pleito, en el primer minutos de descuento y tras un pase de 25 metros, del medio y hacia la derecha de la ofensiva visitante, otra vez el "Pipa" Estévez encontraría las facilidades para ganar la banda y llegar hasta el fondo, cuyo centro resultaría empujado al gol por Maximiliano Rodríguez, ante el inexplicable estatismo de toda la última línea y el propio arquero.

No sin tiempo para la cuota habitual de suspenso, a partir de un rechazo nervioso y defectuoso de Gabriel Díaz, y su posterior tiro de esquina, con Elías Gomez para el cabezazo, tendría que aparecer la figura del encuentro, el "Llanero solitario" Altobelli, para recuperar el balón en defensa, sobre el lateral derecho de la defensa, y con la enésima falta provocada en su favor, asegurar la infracción salvadora y el posterior pitazo final de Lucas Di Bastiano.

Sin margen para la duda, a la hora de los merecimientos, Morón volvió a complicar lo sencillo y transformar una tarde tranquila, en sesenta segundos de sufrimiento, inimaginados hasta los '20 del complemento.

Con desatenciones que se repiten y muy flojas actuaciones en la defensa, hoy el hincha del Gallo se pregunta, ¿cuántos goles a favor harán falta, para poder sumar tres puntos sin sufrimiento?.

La respuesta la tienen los propios jugadores y el cuerpo técnico, en el trabajo diario de la semana.

Aunque, ojalá sea pronto, para hallar la soluciones definitivas a los errores y ventajas reiteradas, porque de lo contrario, deberemos abogar para que los partidos se definan por diferencia de goles, antes que por tiempo efectivo.

Cinco minutos más..., y no contábamos el "cuento".


Gustavo Adrián Requelme.
@elgallogustavo.



viernes, 20 de marzo de 2015

Un Gallo con tres cambios, para frenar el "Camión" del "Gato".

Que en el Deportivo Morón no existen semanas tranquilas, ya todos sabemos que se trata de un secreto a voces. En las últimas horas y tras una nueva derrota de visitante, con otra floja actuación individual y colectiva fuera de casa, el "Mundo Morón" volvió a conmocionarse ante otra noticia que involucra a uno de los máximos referentes del plantel: Sebastián Darío Peratta, de flojo torneo hasta el momento, estaría considerando la posibilidad de dar un paso al costado, en virtud de una lesión crónica en una de sus manos, que no le permitiría rendir de acuerdo a sus condiciones, las mismas que lo llevaran a triunfar en la elite del fútbol argentino.

Ante ello, y mientras el "1" del Gallo define su futuro, a los cambios que Blas Armando Giunta habrá considerado desde el instante posterior al pitazo final de José Carreras, en Vicente López, debió sumarle el debut absoluto en el arco del Gallo, de Carlos David Morel, el golero que arribó esta temporada como refuerzo, procedente de Almagro, y que como profesional desde 2008, registra menos de diez partidos como titular en su carrera, en virtud de haber ocupado mayormente el banco de los suplentes, tanto en Chacarita, como en Patronato de Paraná y el propio "Tricolor" de Villa Raffo (donde secundó a Bruno Centeno, hoy en Almirante Brown, con muy poca participación durante el último torneo de Transición).

Así las cosas, y con dos juveniles que aún no han debutado en primera, tales los casos de Federico Rojas y Federico Pellozo, una ausencia prolongada o definitiva de Sebastián Peratta, generaría sin dudas una complicación extra para el cuerpo técnico y la dirigencia, ante la incógnita que encierra el nivel y rendimiento de Morel y la ausencia de recambio de experiencia, más allá del rodaje que hoy (por fortuna) permite el torneo de Reserva de la categoría.

De regreso al equipo que recibirá este sábado, en el ilógico horario de las 14, al Barracas Central del "Gato" Norberto Salvador Daniele, sin televisación en vivo y el arbitraje de Lucas Di Bastiano, por la 7° fecha del campeonato de Primera "B", Giunta ensayará otros dos cambios (además del reemplazo bajo los tres palos), uno obligado y el restante de naturaleza táctica: en el primero de los casos, ingresará Lucas Sebastián Nanía, en lugar del suspendido Gerardo Daniel Martínez (quien fuera expulsado ante Acassuso y sancionado con dos jornadas), para desempeñarse también como enganche o media punta, lo que a su vez, le permitirá al entrenador mantener su sistema táctico prelidecto, es decir, el 4-4-1-1.

La modificación restante, respecto del once que iniciara el cotejo frente al "Quemero", será la sustitución de Rodrigo Lemos, de bajo rendimiento, por el juvenil Cristian Broggi, quien ya fuera utilizado en la misma posición, el último sábado, durante buena parte del segundo tiempo contra "Ssuso".

En definitiva, los once del Gallo que intentarán retomar el camino del triunfo, ante el "Camionero" del referido Daniele y de Marcelo Vega, serán: Carlos David Morel; Cristian Broggi, Gabriel Darío Díaz, Emiliano Jonathan Iván Mayola, Ariel Otermín; Cristian Román Yassogna, Cristian Damián Lillo, Federico Domínguez, Adrián Maximiliano Peralta; Lucas Sebastián Nanía; Víctor Leonel Altobelli.

Completan el listado de concentrados, uno de los cuales quedará fuera de los "18": Federico Rojas, Rodrigo Lemos Argañaraz, Nicolás Miguel Gásperi, Jonathan Páez (en su regreso, tras superar la distención ligamentaria en una de sus rodillas), Jorge Ferrero, Imanol Varela, Junior Leandro Mendieta y Javier Emanuel Pérez.

Contra el "Camión" del "Gato", y tres puntos necesarios para retemplar el alma de "Gallo".


Gustavo Adrián Requelme.
@elgallogustavo.



                        Foto: Prensa, Deportivo Morón.

sábado, 14 de marzo de 2015

Otra vez la "bestia negra", pudo más que un Morón ciclotímico.

En su visita a Vicente López, el Deportivo Morón volvió a caer por segunda "salida" consecutiva, 2 a 1 frente a su "bestia negra" contemporánea, el Acassuso de Walter Otta, y dando otro paso en falso en su rendimiento colectivo, al repetir errores ya consabidos y costosos para la "chapa" final del encuentro, agregándole en esta oportunidad, la falta de juego asociado en el medio, de un Morón que jamás gravitó en el desarrollo global, y mucho menos, consumada la expulsión de Gerardo Martínez.

De entrada nomás, el Gallo evidenciaría las falencias en su última línea, que lo han venido acompañando desde comienzos de campeonato, con especial debilidad sobre ambas bandas, con flojos partidos de Rodrigo Lemos y Ariel Otermín (otra vez, en ambos casos), lo que sería aprovechado por el local para generar los primeros síntomas de desequilibrio sobre el arco visitante, a partir de las buenas actuaciones de dos ex Morón: Esteban González y Gastón Ada.

Luego de un par de sofocones en el área de Sebastián Peratta y cuando el desarrollo del partido parecía encaminarse hacia una medianía compartida, aunque siempre con el manejo del balón a cargo del "Quemero", un mal retroceso defensivo (al igual que ocurriese sólo una semana atrás, frente a Estudiantes en Caseros), permitiría que el "Pelado" González, sin marcas y con espacios, metiera desde el medio una asistencia perfecta a Franco Caballero, para que el "9" local ingrese al área con la facilidades que le diera Otermín en la marca, y de emboquillada, ante la salida tardía de Peratta, colocara el uno a cero para Acassuso, sobre los '35 de la primera etapa, en un merecido premio para el único equipo que, hasta allí, había propuesto algo concreto sobre el césped ralo del "Ciudad de Vicente López".

Sin repetir actuaciones recientes, y durante esa primera etapa, Morón jamás habría de manejar el balón, ni tampoco ganar los anticipos en el medio, como para cortar los circuitos ajenos y poner en funcionamiento los propios, tanto es así que las llegadas más claras y únicas de la visita, en ese lapso, serían un centro peligroso de Cristian Yassogna, que a poco estuviese Gerardo Martínez de capitalizarlo sobre la línea, y luego de la apertura del marcador (precisamente en la jugada siguiente), una escapada del propio delantero, devenido a volante derecho del Gallito, que mano a mano con Julio Salvá, terminaría por desviar su remate muy cerca del poste izquierdo.

Y si hasta allí, Morón había tenido serias dificultades para recuperar la pelota y administrarla en consecuencia, en tiempo cumplido y como resultado de una acción intrascendente de juego, netamente de interpretación, Gerardo Martínez trabaría abajo ante Gastón Ada y, como consecuencia de ella y ante la mirada de José Carreras, el "10" del Gallo habría de pisar al media punta local, y pagando un caro precio a sus antecedentes históricos, recibiera una roja directa, de parte del árbitro, quien consideraría como intencional el "pisotón" de Gerardo.

Así las cosas, y al término de un muy pobre primer tiempo de Morón, nuevamente apostando a las "patriadas" solitarias de Leonel Altobelli, como para preocupar a una defensa "Quemera" que, en los escasos intentos ofensivos visitantes, había desnudado potenciales vulnerabilidades a explotar, se imponía la sustitución de un muy inexpresivo Adrián Peralta, y permitir el ingreso de Javier Pérez, para acompañar a Altobelli y generar el revulsivo y desequilibrio necesarios, que ya ofreciera de manera determinante, en el triunfo ante Deportivo Riestra.

No obstante, y en la primera aproximación de riesgo de Acassuso, en el complemento, el Deportivo Morón sacaría a relucir otro de sus grandes déficit del presente torneo, hasta la fecha, tan reiterados como irresueltos: pérdida de marcas en el medio, contra rápida, taco de Gastón Ada para habilitar en soledad al goleador de la tarde, Franco Caballero (quien, antes de este encuentro, no había convertido en la temporada), para deshacerse con facilidad de la marca de Otermín y cara a cara con Peratta, superar el achique presuroso del alicaído golero del Gallito. Dos a cero, a los '4 del segundo tiempo, y con un jugador menos (y ese futbolista de menos, por si fuera poco, Gerardo Martínez, a fin de pintar un panorama tan negro como el cielo de Vicente López).

En un intento desesperado y tardío por intentar revertir una historia que, a esa altura y de acuerdo al desarrollo del cotejo, parecía "cosa juzgada", el técnico del Gallo agotaría los cambios, sobre los '15, enviando al terreno de juego a Lucas Nanía y Cristian Broggi, en reemplazo de Gabriel Díaz y Rodrigo Lemos, generando algún desequilibrio inicial por izquierda, el propio Nanía, para lentamente desdibujarse, junto al resto de sus compañeros, ya sin ideas y tal vez tampoco piernas, en el transcurso adverso del cuarto partido en menos de quince días.

De allí y hasta cerca del epílogo, lo más "destacado" del encuentro, pasaría por el "espectáculo" brindado por Blas Armando Giunta, al resistirse a abandonar el banco visitante, tras su expulsión, a instancias del juez asistente, lo que determinaría que el "sanguíneo" técnico del Gallo, primero le pidiese explicaciones al propio línea y, más tarde, encarara al cuerpo técnico de Acassuso, dentro de un encono personal con antecedentes recientes, y que proviene de un contrapunto público, tras la eliminación del Gallo a manos de "Ssuso" por penales, en "Copa Argentina" y a principios de temporada.

Tal vez, resultaría más conveniente y provechoso para el equipo que, en lugar de resistir una expulsión y enfrentarse con terna arbitral y cuerpo técnico contrario, suspendiendo las acciones durante más de cinco minutos, en momentos en que el Gallo necesitaba descontar el resultado, para conservar alguna chance en la tarde, Blas Giunta debería, ya más calmado, reveer un sistema táctico de 4-4-1-1 que, lejos de reportarle solidez defensiva, genera una improductividad ofensiva, graficada en la orfandad alarmante de un laborioso, aunque "Kunfunesco" Leonel Altobelli.

Porque, en definitiva, no siempre los partidos y ocasionales adversarios, nos darán la chance de "corregir" sobre la marcha y dar vuelta la historia en '45, en presencia de un Morón que, a la luz de los hechos, no es la primera vez que dilapida el primer tiempo, en beneficio de los intereses y sistemas tácticos rivales.

El descuento de Lucas Nanía, en el quinto minuto adicionado, sólo serviría para decorar el resultado final y ofrecer una falsa sensación de partido "cercano", y a tiro del empate, cosa que realmente nunca había sucedido en su desarrollo, más allá de las facilidades de una última línea "Quemera" que, por desgracia, el once de Giunta se acordaría demasiado tarde de explotar.

Mucho por corregir, con mucho torneo aún por delante, para un Morón francamente ciclotímico. Quizá en esto último (las posibilidades de corrección y recuperación, que otorga un campeonato de 42 fechas), radique el único aliciente, dentro de otro paso en falso de un Gallito que, en seis jornadas disputadas, no ha logrado regularidad ni mucho menos equilibrio.

A seguir esperando.


Gustavo Adrián Requelme.
@elgallogustavo.




                        Foto: Prensa, Deportivo Morón.

viernes, 13 de marzo de 2015

Con los mismos once, por tres puntos frente a "Ssuso", y el equilibrio necesario.

Luego del "energizante" triunfo frente a Riestra, en una remontada que, durante los últimos '30 de juego, retempló y tranquilizó los ánimos en el Oeste, este sábado, en el inconveniente horario de las 15.05 (merced a la ausencia de sentido común compartida, entre la AFA y la APreViDe), el Deportivo Morón buscará consolidar su juego y revalidar sus intenciones de protagonismo en el campeonato, cuando visite al siempre incómodo Acassuso de Walter Otta, con quien ya se midieran a comienzos de temporada por "Copa Argentina", en el mismo escenario del "Ciudad de Vicente López", con igualdad en uno al cabo de los '90 (aunque con una supremacía innegable del Gallo en el desarrollo de aquél encuentro), con golazo de tiro libre de Gerardo Martínez, y posterior eliminación por penales.

Con el mismo once que iniciara el cotejo ante el "Albinegro", el arbitraje de José Carreras y televisación en vivo de TyC Sports, los titulares de Blas Armando Giunta para enfrentar al "Quemero", serán los siguientes: Sebastián Darío Peratta; Rodrigo Lemos Argañaraz, Gabriel Darío Díaz, Emiliano Jonathan Iván Mayola, Ariel Otermín; Cristian Román Yassogna, Cristian Damián Lillo, Federico Domínguez, Adrián Maximiliano Peralta; Gerardo Daniel Martínez; Víctor Leonel Altobelli.

Completa en listado de concentrados, uno de los cuales quedará afuera del banco de los suplentes: Carlos David Morel, Nicolás Miguel Gásperi, Cristian Broggi, Lucas Sebastián Nanía, Mauro Emiliano Montenegro, Jorge Ferrero, Junior Leandro Mendieta y Javier Pérez.

Por tres puntos que revaliden juego y "pilcha" de protagonista, el Gallo se mide con "Ssuso", en procura del equilibrio necesario entre la delantera más goleadora del certamen y la defensa más vulnerada del actual campeonato de la primera "B", temporada 2015.


Gustavo Adrián Requelme.
@elgallogustavo.



                        Foto: Prensa, Deportivo Morón.

jueves, 12 de marzo de 2015

Tres puntos "energizantes".

Al cabo de una seguidilla de partidos importante y en su tercer encuentro en poco más de siete días, el Gallo recibía a Deportivo Riestra, único escolta del solitario líder, Brown de Adrogué, con la obligación de redimirse rápidamente de la derrota en Caseros, y fundamentalmente, volver a sumar de a tres, por segunda vez en el campeonato.

Con las dudas que trajera aparejado, el soportar cinco goles en los dos partidos precedentes, el once de Blas Armando Giunta debía recuperar la "memoria" defensiva, a la vez de reestablecer algunos rendimientos individuales en su última línea, en coincidencia con una mejora ostensible en el funcionamiento colectivo de una vulnerable defensa del Gallo.

Sin embargo, y bajo un sol abrasador y un calor agobiante, producto de un nuevo desatino de los burócratas de la APreViDe, la tarde de miércoles comenzaría con los mismos fantasmas defensivos, que propiciaran los descuentos de Almirante y la ráfaga de Estudiantes para dar vuelta el último cotejo: a dos minutos de comenzado el encuentro, Sebastián Soto ejecutaría con precisión un tiro libre desde la izquierda, que sorprendería a Sebastián Peratta adelantado y frío, para colocarla por encima del arquero del Gallito, con destino al primer grito de la visita.

Sin tiempo para merecimientos, Morón tardaría algunos minutos en recuperar la vertical, perdida desde el vestuario, hasta que Gerardo Martínez comenzara a manejar la circuitos futbolísticos en el medio, con el aporte siempre lúcido y criterioso de Federico Domínguez, para intentar juntarse con Leonel Altobelli, a quien le tocaría "bailar con la más fea": la marca pegajosa y siempre al límite del reglamento, de Gonzalo Peralta.

Y sería precisamente, Federico Domínguez, quien le devolviese algo de tranquilidad al público del Gallo, cuando tras un tiro de esquina de Gerardo Martínez, repelido con los puños por Gustavo Ruhl, habría de ser capitalizado por el polifuncional volante de Morón, quien con una precisa volea de derecha, desde afuera del área, volvería a dejar los cosas empatadas.

Sin jugar bien, pero con actitud y constancia, el Deportivo Morón comenzaría a adueñarse de las acciones, a partir de la prodigalidad en el medio de Cristian Lillo, y una mayor participación ofensiva de Cristian Yassogna, por cuya banda habrían de generarse los mayores desequilibrios, producto también del adelantamiento, siempre con peligro, de un recuperado Rodrigo Lemos.

Y cuando todo hacía prever que el desnivel del Gallo estaba al caer, ante las debilidades manifiestas de la defensa visitante, nuevamente el destino obraría a favor de los "hombres de negro" de Deportivo Riestra: nuevo centro desde la izquierda, otra vez a cargo de Sebastián Soto, y Gonzalo Peralta que logra sacar provecho, tanto de las licencias en la marca, otorgadas por Ariel Otermín, como del excesivo estatismo de Sebastián Peratta, para con un preciso frentazo, volver a adelantar a la visita, sobre los '39 del primer tiempo.

De allí y hasta el final de la etapa, el partido habría de situarse, varias veces, en el límite de la desnaturalización y el escándalo, responsabilidad compartida, entre un deplorable y permisivo Carlos Stoklas, y un once visitante que habría de abusar del juego brusco y de las actitudes antideportivas, como sistema pergeñado desde el banco de suplentes.

En efecto, desde la exacerbación desembozada, del recurso de la pérdida de tiempo en cada saque de arco, pasando por foules descalificadores y codazos para todos los gustos, la visita intentaría mantener la ventaja parcial, procurando "sacar" del partido a los jugadores del Gallito, con especial hincapié en Gerardo Martínez, quien debiera soportar hasta un improvisado "tacto rectal", de un rival, ante la pasividad inaudita de Carlos Stoklas y sus asistentes (en este punto, mérito extra para la templanza del "diez" del Gallo, quien en otro momento de su vida, hubiese reaccionado violentamente y dejado al equipo con un jugador menos).

Ya en el complemento, el Deportivo Morón saldría a presionar más arriba a la defensa rival, con la obligación de dar vuelta el resultado como premisa, aunque el verdadero quiebre en el desarrollo del cotejo, se produciría sobre el cuarto de hora del segundo tiempo, con el ingreso de Javier Pérez por Adrián Peralta, para que Leonel Altobelli tuviese compañía en ofensiva, y los "lanzadores", Gerardo Martínez y Federico Domínguez, mayores opciones de pase en el área visitante.

De hecho, y en tan sólo un par de minutos, el recién ingresado Javier Pérez, generaría más desequilibrio en el área de Riestra, que el resto de sus compañeros en los '60 anteriores, encarando vertical y jugándosela en el mano a mano, para desnudar aún más, las enormes limitaciones de una defensa visitante, que ya no sabía cómo controlar el empuje de los hombres del Gallo.

Así las cosas, un par de minutos más tarde, y luego de un centro desde la izquierda, de un punzante e incansable Leonel Altobelli, Javier Pérez dominaría el balón en el área contraria, para luego encarar directo al arco, maniobra interrumpida con una fortísima y torpe falta: penal y posterior igualdad para los de Blas Giunta, a partir de otra acertada ejecución de Gerardo Martínez.

A esta altura del partido, había un sólo equipo en cancha y ése era el Gallito, mejorando ostensiblemente su fútbol y su rendimiento colectivo, con una actitud de búsqueda más decidida, a partir del adelantamiento de Yassogna, para buscar el desequilibrio por derecha, la profundidad de Domínguez por la banda opuesta, y hasta el adelantamiento de los laterales, Lemos y Otermín, en procura de un desnivel que no tardaría en llegar: sobre los '27 y luego un centro de Rodrigo Lemos, Gustavo Ruhl no lograría retener el envío, y tras otro intento de despeje, bien atorado por Pérez, la pelota derivaría en Yassogna, quien pegándole de arriba hacia abajo, para "matar" el efecto que traía el rebote, y casi cayéndose, anota el tercero de la tarde para el Gallo, que pasaba a ganar el encuentro de manera más que merecida.

Tras la expulsión del lateral derecho de Riestra, Leandro Moreyra, por doble amarilla, el Gallo no sólo que justificaría la ventaja, sino que apostaría a alguna contra que definiera el pleito. Claro que esto es Morón y si no se sufre, pareciera que no valiese, como el remate de gol que evitaría el retroceso generoso de Cristian Yassogna, cuando el delantero visitante se aprestaba a definir en la puerta del área, para amargarle la tarde de miércoles a todo el Oeste.

A falta de un minuto y con toda la visita en terreno local, una buena contra de Morón, dejaría cara a cara, a Leonel Altobelli con el arquero rival, jugando de "líbero" en mitad de cancha, para que el incontrolable delantero del Gallo dejara "desparramado" a Ruhl, y se encaminara en soledad, en una larga corrida, hasta debajo del arco de Riestra, para abrochar el 4 a 2 y desatar el delirio en el Pueblo del Deportivo Morón.

Con mucho por corregir aún, en especial en defensa, el Gallo supo sobreponerse a sus propios errores y a una doble desventaja en el primer tiempo, para darlo vuelta en menos de media hora y, en igual lapso, justificar la victoria y hasta la diferencia final.

Con carácter, actitud y algo de juego asociado, en particular, durante el complemento, este Morón de Blas Giunta dio señales contundentes de vida y dejó en evidencia que, por este mismo camino, sólo necesitaría de un valor adicional para aspirar a pelear bien arriba: equilibrio.

Sin lugar a dudas, por oportunidad y desarrollo..., tres puntos "energizantes".


Gustavo Adrián Requelme.
@elgallogustavo.



                       Foto: gentileza, Leonela Albañir.