domingo, 26 de octubre de 2014

Dos puntos que duelen

Foto: www.elblogdelgallito.blogspot.com.ar
En la calurosa tarde del sábado (una auténtica rareza para el público del Gallo, poder asistir a su estadio un sábado de tantos, por la tarde), el Deportivo Morón desperdició una buena oportunidad de demostrar que el papelón del último miércoles, en cancha de Barracas, no hizo mella en el buen andar del equipo hasta el 3-0 con Armenio y, al mismo tiempo, de haber podido acceder a los tres puntos, la posibilidad de mantenerse en zona de hexagonal, en detrimento de sus inmediatos perseguidores en la contienda de fondo.

Sin embargo, el Gallo no pudo salir de un pálido empate en cero, ante el siempre duro y amarrete conjunto de Eduardo Pizzo, dejando en evidencia que, desde lo anímico, efectivamente el insólito affaire "Páez-Montero", parece no haber dejado marcas en el carácter del equipo, aunque sí seguramente en la resistencia fìsica de aquellos ocho "gladiadores" que debieron prodigarse en marcada inferioridad numérica, por alcanzar la hazaña de un empate o, cuanto menos, la alternativa de una derrota módica en los números, bajo un sol abrasador como el de este mismo sábado y ante una temperatura igual de agobiante, hace sólo 72 horas.

En efecto, lo mejor del equipo de Blas Giunta se vería en la primera media hora del partido, cuando el Gallo hasta por inercia táctica, intentó como es costumbre una presión alta, cerca de la última línea del "Cartero", generando faltas y hasta la primera amarilla de Alejandro Strelau, uno de los zagueros de la visita, que en sólo siete minutos de juego ya hubo de pegar tres patadas y en consecuencia, hacerse acreedor del primer cartón amarillo revoleado al diáfano cielo del Nuevo Francisco Urbano, por el siempre errático Eduardo Gutiérrez, "vitalicio" y mediocre árbitro de la "B" Metro.

De igual modo y como también resulta una constante desde la llegada de Giunta, Morón intentó abrir la doble línea de cuatro planteada por su oponente, a partir del trabajo por las bandas de Cristian Yassogna y Federico Domínguez, acompañados en múltiples ocasiones por las subidas de Rodrigo Lemos y Emiliano Mayola (corrido al lateral izquierdo, para suplir la ausencia de Gastón Montero), y en varios pasajes de ese primer tiempo logró plasmarlo con acierto, secundados por otra buena labor de Damián Toledo y los repliegues de un Mariano Martínez (reemplazo de Leonel Altobelli), lejos aún de sus mejores versiones, pero con la voluntad y las ganas de siempre.

Y de tanto ir, a los '15 de la etapa inicial el Gallo dispondría de una ocasión inmejorable para romper el cerrojo táctico de los de Agronomía: tras otra excursión ofensiva de Lemos, y como frente a Armenio, su carrera sería detenida con infracción en el área, por lo menos a criterio de Eduardo Gutiérrez. Acto seguido y también como ante el "Tricolor" de Maschwitz, Damián Akerman sería el encargado de patear el penal, en este caso repelido al córner por Ezequiel Mastrolía, golero de "Comu", luego de una floja y anunciada ejecución de nuestro máximo goleador histórico.

En una tarde en la que el Gallo habría de desperdiciar algunas chances, también dilapidaría un penal, además de otra oportunidad manifiesta de gol, en la que un envio largo y "envenenado", entre los centrales de la visita, hallaría a una defensa de Comunicaciones demasiado en línea, y sería capitalizada por el propio Akerman para quedar mano a mano con el arquero, aunque su definición de emboquillada se terminaría perdiendo por encima del travesaño.

A partir de allí y como si el conjunto hubiese acusado el golpe de las ocasiones desperdiciadas, la visita hallaría de los '30 en adelante su mejor momento en el partido, tanto es así que registraría su primera chance de gol, con un cabezazo apenas desviado de Pablo Vaccaría, a falta de diez minutos para el final de la etapa.

En el complemento, lenta y progresivamente comenzaría a hacerse cada vez más visible, la "factura" física que demandaría el costosísimo juego del pasado miércoles frente al "Camionero". Ni siquiera el "refresco" del ingreso de Gerardo Martínez (en lugar de un Emmanuel Pío de prometedor primer tiempo, titular desde el arranque luego de dos años, y con innegables destellos de su calidad, mientras hubo oxígeno suficiente en su sistema), pudo cambiarle la cara a un Morón cada vez más apurado y con menos claridad en el manejo del balón y los intentos ofensivos, más allá de un tiro libre del propio Gerardo, en la medialuna del área y algún que otro remate desde afuera.

Y hasta pudo perderlo, cuando con Emiliano Mayola (una vez más de lo más parejito del equipo, a pesar del cambio obligado de posición en el campo), ya francamente lanzado en ofensiva, por su hueco hubieron de trepar un par de volantes de la visita, para anticipándose al cierre de Cristian González y Nicolás Gásperi, Javier Pintos quedara cara a cara con Sebastián Peratta y antes que pudiese concretar su remate, la pelota le fuera "extirpada" casi quirúrgicamente por Damián Toledo, corriendo y arrojándose "in extremis" desde atrás, en un esfuerzo encomiable. Un Toledo que, un par de minutos más tarde, habría de ver la quinta tarjeta amarilla (por lo que será otra baja para Giunta, de cara al próximo y trascendente cotejo ante Platense, en Vicente López), en otro quite tan claro como el cielo moronense, salvo para el paupérrimo Gutiérrez.

Con el pitazo final y la mezcla de aplausos con los primeros silbidos de la "era Giunta" (no para él, claro está, sino para los protagonistas), sumadas a las noticias que provenían del "Estadio Armenia", con un nuevo triunfo de Barracas, iba quedando más que claro que, el Gallo había desperdiciado la chance de aventar fantasmas y de paso, aferrarse al Reducido, por estas horas y hasta que deba quedar libre, propiedad exclusiva del "Camionero".

Morón lo intentó, mientras le dieron las piernas y luego careció de claridad para torcer la historia, aún jugando más de media hora del complemento con un hombre de más, ante la segunda amarilla con expulsión de Alejandro Strelau.

En una tarde de sol, y de sábado en el Nuevo Francisco Urbano, el Gallo desperdició dos puntos frente al "Cartero", que esperemos no deba lamentar en el futuro inmediato.

Entre el calor y las consecuencias físicas del esfuerzo supremo, en ocho de sus hombres, 72 horas antes y en condiciones igual de agobiantes, el equipo de Blas Giunta lo buscó como siempre e hizo lo que pudo, mientras les respondieron las piernas.

Y hasta contó con las ocasiones, pero las dilapidó, en una tarde en que demostró carácter como grupo, aunque nada de fútbol como equipo.

Lejos del conjunto compacto y contundente que supo ser hasta el cotejo con Armenio, frente a Comunicaciones dejó en el camino dos puntos que duelen.

Gustavo Adrián Requelme
@elgallogustavo.

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