sábado, 1 de marzo de 2014

Morón 0 - Chicago 1: El “Titanic” del Oeste.

¿Cómo hacer para escribir y expresar algunas ideas, cuando todavía la bronca brota por los poros de muchos que amamos a Morón?. ¿Cómo calmar y aplacar el enojo para darle lugar a la razón y al pensamiento objetivo?... Muchas preguntas rondan por mi cabeza (y la de muchos), para buscar una explicación a este paupérrimo presente deportivo...Lo único seguro hasta el momento, es que a esta altura, nos encaminamos hacia una ruta turbia y oscura llamada descenso.

Es de esperar que muchos alcahuetes y genuflexos de turno, critiquen nuestras palabras y  moral editorial, haciendo hincapié (como lo han hecho en muchas ocasiones) en nuestra supuesta "mala leche", o en ser "anti-Morón", y no se en cuánto agravio (trillado) más. Lo único cierto es que nos debatimos entre permanecer o no, en la tercera categoría del fútbol argentino.

Mientras muchos buscan culpables y se refugian y se excusan en "la mala onda", con el fin de "lavarse las manos" y no reconocer errores u horrores, nos hundimos poco a poco en el océano oscuro de los promedios.

Hay una famosa frase que dice: "no hay peor ciego, que el que no quiere ver". Sí, señores, en el "Mundo Morón" estamos cegados por la soberbia, la tozudez y el capricho de sostener lo insostenible, de echar culpas a propios y extraños, buscando desesperadamente mirar “la paja en el ojo ajeno y no ver la viga en uno mismo”, haciendo alusión a la famosa frase expresada por Jesús.

En este "Mundo Morón" donde aquél que se atreve a expresar su descontento es señalado con el dedo acusador como un traidor, un "mala onda" y desestabilizador, seguimos gastando energías, buscando un enemigo de turno, con el fin de trasladar nuestras miserias y culpas en el otro, sin darnos cuenta que el barco se nos hunde de a poco. Algunos piensan que estamos en el Titanic, el barco indestructible, el barco del triunfo, y tal vez no se dieron por aludido que hasta el mítico Titanic sucumbió y se hundió en el fondo del mar, a causa de un iceberg cuyo verdadero peligro no era visible, ya que la punta del mismo no representaba una amenaza capaz de hundir semejante estructura. Cuando quisieron reaccionar para salvar la embarcación, era demasiado tarde. En el "Mundo Morón" también pasa lo mismo. Vemos los problemas como una simple amenaza, como pensando que todavía falta mucho para el cierre del campeonato y que todavía es posible "salvar el barco", subestimando consciente o inconscientemente la cruda realidad.

El presente nos indica que Morón vive una situación delicada, donde algunos jugadores no pueden vestir nunca más la casaca del Gallo. Casos como el impresentable Gonzalo Juárez y otros más, son claros ejemplos de esta triste situación.

Un Gonzalo Juárez, que jamás sintió la camiseta del Deportivo Morón, que no hizo mérito alguno para ser parte de este plantel (mucho menos para permanecer en el mismo), fue sostenido por Mario Darío Grana en varias oportunidades, mientras tanto que el ex Acassuso, sólo pagó tal confianza a base de expulsiones y pésimos rendimientos dentro del verde césped. Recurriendo a otra famosa frase y para salir en "defensa" del cuestionado defensor, podemos decir que "La culpa no es del chancho, sino de quien le da de comer"...

Ayer Morón perdió nada menos que ante Nueva Chicago. Derrota que duele en el alma, no sólo porque se trata de nuestro clásico de toda la vida, sino también porque cada derrota nos hunde más en la tabla de los promedios. Un Morón desordenado, sin ideas, trató de buscar la igualdad sin tener en claro lo que quería. Si bien la temprana expulsión de Gonzalo Juárez al comienzo del segundo tiempo complicó aún más la situación, no es excusa para decir lo mal que se jugó. Chicago no fue mucho más que Morón, pero a diferencia de su rival, sabía que quería y qué vino a buscar, desplegando un juego poco vistoso, pero efectivo y compacto en todas sus líneas, cualidades de las cuáles carece desde que empezó la segunda y definitiva etapa del campeonato, el conjunto de Mario Grana.

Mientras trasladamos errores propios (jamás asumidos) en los demás, culpando de nuestros caprichos e impericia en los “mala onda”, “mala leche” y hasta “mufas”, y nos seguimos enfrentando entre nosotros, el Titanic del Oeste navega sin rumbo, despojado de un verdadero capitán que intente asumir con valentía, grandeza y decisión, el timón de este navío a la deriva, para procurar corregir a tiempo un errático y fatídico rumbo,  que hoy parece encaminarnos (por pecados de soberbia y obcecación), en dirección inexorable hacia su hundimiento y posterior "descenso" a aguas turbias.

Un triste barco al garete…, llamado Deportivo Morón.



Por: Marcos Ruiz Carrizo, para “Club Deportivo Morón, el Gallito”.
 

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