lunes, 3 de septiembre de 2012

Morón 3 - Defensores 2, una prueba de carácter

Una vez asimilado el cross de derecha a la mandíbula que significó la contundente derrota en Campana, el Deportivo Morón necesitaba una rápida recuperación, tanto futbolística como anímica, para volver a sumar de a tres y fundamentalmente ratificar su chapa de equipo que propone y promete como candidato, y de paso, reivindicarse ante su público y ante su propio rendimiento individual y colectivo, dejando debidamente aclarado que todo lo muy bueno protagonizado en las primera tres fechas por el equipo del Gato Daniele, no había sido mera obra de la diosa fortuna.

Ante otra multitud, que invita a pensar seriamente en la alternativa de la apertura de la tribuna visitante, Morón comenzaba el juego ante Defensores con una baja sensible en defensa, por la ausencia durante las próximas dos jornadas de Cristian González (sancionado tras su expulsión ante Villa Dálmine) y en contrapartida, con el regreso de Lucas Rodríguez Pagano, luego de purgar las tres fechas de parate debido a la infantil roja del debut frente a Los Andes, para volver a ocupar la titularidad de un carril izquierdo más que correctamente cubierto por el joven y diestro Alejandro Espinoza, durante el lapso en que se extendiera su ausencia forzosa.

De entrada, al Gallo le costó recuperar la vertical perdida en territorio "Violeta" y durante algo más de un cuarto de hora volvió a adolecer del principal problema desnudado en Campana: a este equipo pensado y trabajado para ser protagonista, se pierde irremediablemente cuando le copan el mediocampo y le quitan la pelota. 

En efecto, con Dante Zúñiga preocupado en seguir de cerca a Cristian Bustos y por lo tanto disociado de Martín Granero y para colmo, con el reingresado Rodríguez Pagano más preocupado en darle una mano al debutante Andrés Núñez, desbordado en esa primera etapa por un "Dragón" que comenzó prefiriendo la banda izquierda de la defensa del Gallito, para recostar su búsqueda ofensiva, sostenida en un vigente y siempre inquietante Luciano Lo Bianco.

Y sería precisamente Lo Bianco quien, tras capitalizar en el área chica una salvada a medias de Chiche Migliardi, abriría el marcador por los '24 del primer tiempo, en un resultado parcial que premiaba demasiado una mayor y mejor tenencia del balón de la visita, pero que a pesar de ello no había generado opciones de real peligro a una última línea del Gallito que no se transmitía la solvencia de las primeras tres fechas 

Con el resultado adverso, Morón debió abandonar por completo cualquier atisbo de trauma sobre sus potencialidades, para salir a presionar más arriba a su rival, propiciando las asociaciones que hasta allí no habían dado el presente en el Urbano. Fue así que Zúñiga se olvidó de su perseguido y recuperó el centro del campo en compañía de Granero, y a partir de ello Armando Lezcano comenzó a amigarse con la pelota para poner en funcionamiento a los delanteros.

Y Rodríguez Pagano debió soltar amarras en defensa para privilegiar las incursiones ofensivas, una de las cuales le daría el tanto del justificado empate al Gallo, tras capitalizar de cabeza un centro de Martín Cabrera desde la derecha y el mal cálculo de un Torresagasti errático a la hora del cálculo para salir a cortar el envio aéreo, sobre los '32 de la primera etapa.

Con un resultado más acorde al juego y con una mayor dosis de seguridad en su juego, en una misma maniobra por dos veces se le negaría el segundo al Gallo, tras sendos rebotes providenciales y en plena área chica, primero ante un remate de Damián Akerman y un instante más tarde luego de un furibundo derechazo de un incansable Ramón "Wanchope" Abila que pedía y merecía destino de red.

Sobre los '45 y cuando se extinguía la etapa, una contra letal de Morón finalizaría con una perfecta habilitación en profundidad del "Pipi" Lezcano para dejar cara a cara a Damián con el arquero rival, para que el cordobés de primera y sin dejarla picar la colocara bien lejos del estéril esfuerzo de Torresagasti, pegada al poste izquierdo del golero, para gritar a voz en cuello el segundo de Morón y el gol 102 de un intratable goleador histórico del Gallito.

Ya en el complemento, Defensores no inquietaba y sólo era cuestión de esperar una contra acertada para comenzar a cerrar el pleito, cosa que ocurriría antes de los '15 y nuevamente merced al enorme Damián Emilio Akerman, en su séptimo tanto en cinco encuentros del presente torneo y el gol 103 con la casaca que parece llevar tatuada en la piel.

Sólo una distracción en una pelota parada, podía darle algo de incertidumbre a un cotejo que Morón tenía controlado y que creyó cerrado desde el 3-1. Sin embargo, el cabezazo de Lencina, a falta de diez para el final y un cierto quedo de buena parte del equipo (presumiblemente en lo físico) podría haberle puesto un pequeño signo de interrogación, a una merecida victoria del Deportivo Morón, que además de reencontrarlo con la victoria y un mejor rendimiento, significó por sobre todas las cosas una prueba de carácter, para un equipo que tras el golpe en Campana y el comienzo en desventaja ante "Defe", supo sobreponerse con sacrificio y pasajes de buen fútbol, de cara al clásico con Chacarita, pero fundamentalmente de frente a sus necesidades y sus aspiraciones de equipo protagonista con pretensiones más que válidas de ascenso. Y que por lo visto, hasta el momento, el corto camino transitado remite al correcto.

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