jueves, 5 de abril de 2012

AUN CONTRA "NATURA", SOMOS EL GALLO DE MORON, CARAJO!!...

Cuando creíamos que ya nada más podría dañarnos, y no porque hayamos hallado finalmente el sendero de la buena estrella en nuestra vida deportiva e institucional, sino más bien porque ya nos ha pasado todo lo posible y hasta lo imposible (o el fatal partido en Florencio Varela, no corresponde a éste último rubro, sinó?), dentro siempre de lo malo a muy malo, por lo menos en los últimos 22 años..., no contábamos con la propia maturaleza, en su expresión más cruel y dañina.

En efecto y como consecuencia del violento temporal que azotó a la zona metropolitana y que afectara con especial virulencia a la región oeste del conurbano bonaerense, nuestro querido y descuidado estadio Francisco Urbano (parte de las razones de tanto estrago, más allá de lo imponderable del clima), en la noche del miércoles 4 de abril del corriente, recibiría quizá su último impacto de knock out, dentro del actual melancólico derrotero de lento adiós definitivo, que cual mueca fatal de un destino que evidentemente no nos cuenta entre sus favoritos, pareciera haber querido simbolizar con dolorosa precipitación, su futura demolición más allá de junio de 2013.

Así las cosas, cuando el vendaval de agua a baldazos y vientos decididamente huracanados golpeaban a particulares y comercios, nuestro Urbano pagaría también las consecuencias de un clima tan inclemente como la propia suerte: habría de destruirse por completo el microestadio “Rafael Grosso”, cuyo tinglado resultaría arrancado de cuajo, al mismo tiempo que ambas torres de iluminación del estadio no soportarían la violencia climática y se precipitarían a tierra, destruyendo uno de ellas a su paso, más precisamente la que linda con la tribuna local, “Dr. Virgilio Machado Ramos”, la pared lateral del mismo gimnasio, derrumbándola por completo. Por si no fuera suficiente destrozo, las tradicionales canchas de fútbol cinco de “Skorpio´s” y su confitería, reducto habitual del Pueblo del Gallo, resultarían prácticamente arrasadas en su totalidad.

Sin dudas, pasarán días y hasta meses quizá, hasta que podamos regresar al viejo Urbano para oficiar de locales, como de costumbre (de hecho, seguramente el cotejo contra Acassuso, del próximo martes a las 21, podría ser reprogramado), porque los destrozos han sido muchos y las pérdidas sin dudas que cuantiosas. Menos mal que, por lo menos, ningún particular resultó lastimado físicamente, más allá de las heridas que produjeran en el corazón, las imágenes de la desolación de “nuestra casa” hecha escombros.

Si hasta el viento y la lluvia habrían de ensañarse con el Deportivo Morón..., y ni aún así existirá jamás fuerza poderosa, en la tierra o en el cielo, capaz alguna vez de doblegarnos..., ni muchísimo menos ponernos de rodillas..., porque SOMOS EL GALLO DE MORON, CARAJO!....













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